-Tranquila, Ronnie, te lo explicaré -dijo Betty comiendo una papa frita mientras Riff y Katy se sentaban frente a ellas en la cafetería- solo pones los datos que tienes, divides el 30 por 7 y eso lo multiplicas por el numero que tienes.
-Te entiendo más a tí que a la profesora -dijo escribiendo en su cuaderno-
-¿Qué hacen, cerebritos? -preguntó Katy-
-Le explico a Verónica factores de conversión.
-Que bien, guarden eso, ahora coman sin números.
Betty rió y Riff apretó su mejilla.
-¡Ay! Duele.
-Lo siento -rió- es que me da ternura.
-¿Dónde está Sam? -preguntó Verónica-
-Se fue a la biblioteca.
Verónica se talló un ojo y caminó hacia Riff para empujarlo fuera de su asiento y sentarse junto a su novia.
-Oye, no seas grosera, enana.
-Tu eres grosero, sientate con Betty, yo quiero a Katy.
Él suspiró y se sentó junto a la rubia, que comía sin prestarles atención.
Su teléfono sonó, y ella frunció el ceño confundida al ver el nombre de su mamá en la pantalla.
-¿Mamá? ¿Está todo bien?
-Si...cariño, cuando salgas de la escuela iré por tí, vas a quedarte en la casa de tus abuelos esta noche ¿sí?
-Pero Juggie también ¿cierto?
-N-no, mi amor. Juggie y yo tenemos que hacer algunas cosas, tu abuelo cocinará lo que tu quieras.
-¿Nuggies?
-Claro, lo que tu quieras.
-Está bien, entonces sí.
-Eso es, te amo, princesa.
-Yo a tí...¿que sucede?
-Nada, en serio. Adiós, mi amor.
-Adiós.
Betty cortó la llamada y suspiró.
-Algo anda mal.
-Si, ella acaba de decir nuggies -dijo Sam sentándose junto a Riff-
-Ah-ah, ve con tu niñera -dijo él señalando a Ronnie- ¿Qué anda mal?
-No lo sé...pasaré la noche con mis abuelos. Pero es raro, mamá estaba rara.
-Tranquila, seguro no es nada, enana -dijo el pelinegro quitandole una papa frita- termina tu almuerzo.
En ese instante, Reggie se paró junto a la mesa.
-Hola -dijo mirando a loa amigos de la rubia- Betts ¿sabes algo de Jughead? no me responde hace horas.
-Seguro está durmiendo o mamá le quitó el celular para que descanse.
-Ok...¿Y tú?
-¿Yo qué?
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Segura?
-Sí.
-Pero bien segura ¿cierto?
-Te dijo que esta bien -dijo el mayor levantando la mirada hacia Reggie-
-No te pregunté a tí, serpiente.
Riff se paró y se sonó los dedos, a lo que con rapidez, Betty tiró de su chaleco negro de cuero. Él bajó la mirada y Reggie tambien la miró.
-¿Son idiotas? -preguntó Katy- no es un chiste, realmente quiero saber si son idiotas. Tu, sientate, desubicado. Y tu, vete, Bulldog.
-Si necesitas algo avisame ¿sí? -afirmó Reggie viendo a la rubia-
Se fué y Betty suspiró.
-¿Por qué siento que estoy en medio de algo?
-Intenta que los amigos de tu novio no se le acerquen a Riff -dijo Verónica- ellos hacen cosas horribles y él tiene problemas de ira.
-No es ira -dijo cruzando los brazos- solo me dan ganas de golpearlos a veces.
-Él es bueno -dijo Betty- me da galletitas y me lleva a mi casa, no es malo. No le pegues, porfi.
Él suspiró.
-Porfi.
-Ya, bien. Pero a la mínima cosa en la que esté involucrado-
-Él no lo hará.
Riff removió su cabello negro y acomodó sus guantes negros de cuero.
-Bien.
-Gracias.
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Little Betts
RomanceBetty se escapó de su casa a los doce años debido a su padre abusivo, y desde entonces, vive en una habitación de hotel con el dinero de su tía y su madre, quienes viven al otro lado del país. En ningun momento pensó que todo eso estaba a punto de c...