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-Riff  -murmuró Reggie separándose de él-

El mayor volvió a juntar sus labios mientras Reggie volvía a separarse.

-¿Qué? -suspiró-

-No me gusta esto.

-Tu me llamaste.

-Si, para hablar.

-¿Para qué?

-Porque no me gusta que solo hablemos cuando quieres tener sexo, Riff.

-No es así.

-Si es. Y yo soy una persona y siento cosas. Y tu me gustas mucho. Y no quiero que nos tengamos que estar escondiendo todo el tiempo.

Riff suspiró y se sentó en el banco de los vestidores en los que estaban.

-Reg, amas a tu familia ¿verdad?

-Sí.

-Y no te gustaría lastimarlos.

-Ya saben que soy gay, Riff.

-Mi familia no sabe que soy gay, y si se enteran de eso y tambien que tu y yo... dios, no se como reaccionarían.

-¿Tus padres son malos?

-No... solo tengo a mi madre. Ella me ama, pero es una serpiente desde que nació, no aceptaría esto. Y ella quiere que sea novio de la hija del rey serpiente -dijo en un pequeño suspiro- no es solo que yo creo que toda la gente con la que te juntas es mala,Reg. No quiero lastimar a mi mamá.

-¿Y si yo te gustara?... ¿Eso cambiaría algo?

Riff negó con la cabeza y se paró.

- Lo siento, debo irme.

Se fue de el vestidor y caminó hacia donde Betty y Jughead estaban almorzando solos, en la cafetería.

- Necesito ayuda -dijo en voz baja-

-¿Qué pasa?

-¿Podemos ir a otro lado? -dijo en un hilo de voz mientras sus ojos se cristalizaban-

-¿Yo también? -preguntó Jughead-

Él asintió y los tres fueron al gimnasio.

-Por favor, ayúdeme a alejar a Reggie de mi -dijo y Betty acarició su cabello- por favor.

-¿Qué pasa?

Ella lo abrazó y Riff rompió en llanto.

- No puede ser así.

-¿Él?

-Yo.

-¿Así cómo?

-Ya sabes.

-No se.

-¿Gay? -dijo Jughead-

- Además de eso. Si no se aleja lo voy a lastimar y lo voy a decepcionar igual que lo hago con todos. -sollozó- Quiero que esté bien.

-Entonces te gusta -afirmó el ojiazul-

-Juggie, una cosa a la vez -dijo Betty- no decepcionas a nadie. Y Reggie te quiere, no hay porqué alejarlo.

-Si hay -dijo en su llanto- porque él está listo y yo no. Y no quiero -sollozó- no quiero estar listo. Tengo miedo, Betty.

Ella asintió y besó su mejilla.

-Lo sé, tranquilo.

Little BettsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora