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⚠️𝘈𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢: 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 ┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄┄
Estabas en la cama junto a tu esposa pasando el rato de la mañana que les quedaba.
- Cariño...- La voz de Narcissa te saco de tus pensamientos.
- Mmh. – murmuraste para que siguiera hablando.
- Me ha llegado una carta del colegio de Draco. – dijo levantando la cabeza de tus pechos para fijar su vista en tus ojos.
- Y por cual razón? – dijiste extrañada, pues no era común que pasara.
- Porque al parecer, tu hijo golpeo a un niño. – dijo levantando una ceja.
- Oye también es tu hijo, silencio. – dijiste levantándote un poco para quedar sentada en el respaldo de la cama.
- Pero no fui yo la que le enseño a pelear. – dijo sentándose delante de ti.
- No es pelear, es defensa personal cuerpo a cuerpo. – Te defendiste. – Y cuando llego esa carta? – preguntaste cambiando de tema al ver la expresión de tu esposa.
- Ayer. – contesto.
- Y porque razón no me dijiste. – le preguntaste con el rostro serio.
- En serio quieres que te recuerde por qué? – dijo ella arqueando una ceja. Sonreíste al recordar que ayer, luego de una cena llegaron a casa y llevaste a tu esposa a la habitación iniciando una sesión de sexo bien merecida.
- Pero no escuche que en algún momento te quejaras, querida. – dijiste tomando su barbilla haciendo que sus labios se juntan en un beso lento.
- Ya basta... tenemos que estar en la oficina del director en una ahora. – dijo para darte un casto beso e irse al baño.
- Agh. – refunfuñaste por lo bajo escuchando una pequeña risa de parte de tu esposa.
(...)
Estaban caminando por los largos pasillos camino a la oficina del director Dumbledore.
- Entonces luego de esto nos vamos a un almuerzo en Londres. – dijiste mirándola un momento siguiendo con la caminata.
- De nuevo? – pregunto confundida.
- Te molesta? – dijiste deteniendo tus pasos para verla.
- No... no es eso, es que no habíamos salido tanto antes... ya sabes por tu trabajo. – dijo mirándote. Es verdad, trabajabas en un importante puesto en el ministerio de magia y no tenías tanto tiempo con ella, pero te habías tomado unos días bastante merecidos para pasarlos con Narcissa.
- Tu solo déjate querer mujer. – dijiste para besarla y seguir con sus pasos ahora agarradas de manos.
Llegaron a la entrada de la oficina del director, golpearon la puerta y escucharon un "Pase" de parte del viejo. Ahí se encontraban una pareja con su hijo, quien tenía un ojo morado y Draco sentado en la otra esquina de la habitación.
