ErosHabían transcurrido casi un par de semanas desde la última vez que entré por la ventana de su pequeño balcón.
En este tiempo lo único que ocurrió fue que terminamos definitivamente el curso, cosa que favoreció que tuviéramos tanto Alexandra como yo, más tiempo libre.
Tiempo en el cual la mayor parte pareciéramos lapas.
Además de esto, y de los muchos momentos que estuve con ella a lo largo de estos días, cabe destacar que ya solicité en distintas universidades.
Tarde o temprano tenía que hacerlo. Y ya no podía retrasarlo más.
Aunque esto también indicaba que tendría que hablarlo con Alexandra.
Pero eso no ocurriría aún. Primero quería saber donde terminaría. Además, me tocaría concienciarme sobre el tema, sobre tener que separarme de ella, pese a que eso fuera lo que más me dolía en aquellos momentos.
Varias noches atrás, aprovechando que mi tío estaría en casa durante días, aproveché para enviar las solicitudes.
Él me animó, y aseguró que me aceptarían en cualquiera que yo quisiera.
Por ello solicité a la que fue mi sueño desde que era niño. A Harvard.
Universidad por la cuál llevaba esforzándome toda la vida para poder entrar y cumplir lo que siempre deseé. Lo que siempre merecí.
Sabía de sobra que había posibilidades de entrar, para algo serviría el esfuerzo de todos estos años. Pero también sabía lo que esta mudanza implicaba.
Mudanza que implicaría consecuencias en el amor que yo había encontrado.
Por otro lado, yo siempre pensé que lo superaríamos.
Pese a que nos separasen miles o incluso millones de kilometros de distancia, yo no podría amar a nadie que no fuera ella.
No podía mirar a nadie más. Y algo en mi siempre supo que ella tampoco.
Por lo demás, se puede decir que todo continuaba normal.
No quedaba mucho más para el cumpleaños de Alexandra, por lo que no faltaba mucho para que yo comenzase a preparar el día.
Montaría una pequeña fiesta, reunión mejor dicho. Únicamente con los más cercanos.
Y además, quería regalarle algo especial.
Quería que ese día fuera especial para ella, porque se lo merecía después de todo.
Al percatarme de que faltaba poco, recordé que eso anunciaba que faltaba poco para el mío también.
Si bien es cierto que cuando quieres a alguien deseas continuamente el hacer feliz a esa persona y hacer que todo lo que vivís sea especial, con ella además de quererlo, sentía un tipo de necesidad a hacerlo. Obligación más bien. Algo en mi lo exigía. Siempre fue así.
Siempre con ella. Únicamente con ella.
Iba a ser su primer cumpleaños conmigo. El primero de muchos, era algo que tenía claro.
Pese a que considero lógico que nadie puede saber lo que pasaría en el futuro, yo sentía que iba a estar con ella.
Pasase lo que pasase no veía factible el hecho de no estar con ella.
No conseguía visualizar mi futuro si Alexandra no estaba conmigo.
Podía llegar a pensar esto porque estábamos en el inicio de la relación, cuando generalmente todo es bonito y perfecto.
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El amor y sus consecuencias [Consecuencias I]
RomanceY fue cuando lo dijo clavando su pupila azul en la mía. Sonriéndome de manera sincera y haciendo que me diese cuenta de cada uno de mis fuertes sentimientos hacia él. Consiguiendo que cada segundo le amase más. Entonces me di verdadera cuenta de q...