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Introducción

Alexandra

Recuerdo haber pensado que nada más me podía salir mal. Ciertamente fuese lo que pensé, y me terminé equivocando, algo bastante habitual en los últimos años de mi vida.

En ellos parecía que errar se había vuelto un don.

Hubo un momento en el que algo dentro de mí pareció romperse, dejando de ese modo, una cicatriz interna que parecía no querer sanar.

El el primer amor causó un gran impacto en mi. En mi vida.

Lo recuerdo perfectamente creo que es imposible no hacerlo. Recuerdo pensar en que hace el chico de ojos verdes me quería de una forma pura.

A él le conocía desde hacía varios años, y sabía que realmente lo hacía.

Su sonrisa sincera me lo indicaba.
El destello de amor en su mirada también.

Todo fue bonito, al menos mientras duró.

Pero después de todo, Las consecuencias se vieron reflejadas en la situación, haciéndome vivir algo que no costaba mucho comparar con un infierno.

Perder a alguien que amas y no poder volver a escuchar su voz duele, pero ver como descendía su ataúd hacia la tierra del pequeño cementerio de la ciudad, creedme, dolía muchísimo más.

Más aún, cuando tu consciencia te repetía continuamente lo inevitables que habían sido los hechos.

Yo no pude evitar su muerte, por mucho que lo desease y ansiase con toda mi alma.

Era completamente imposible.

Me sentí rota por los hechos que ocurrieron debido a que era conocedora de que para mí nunca habían sido merecidos.

Yo no merecía sufrir de aquel modo.

Estaba acostumbrada a leer historias en las que pensar cualquier cosa el amor podía con todo.

Relaciones tóxicas, aguantando cosas inaguantables, terminando de un modo felices a los baches.

Impedimentos o años de espera para volver a tener ese y vivieron felices y comieron perdices.

Pero nada de eso era real.

El amor no siempre podía con todo.

Con esto no digo que no me gustase leer aquello sin embargo, siempre supe que es lo que las páginas de todas aquellas novelas contaban, era irreal.

No, siempre terminaba persona que amabas. No siempre con tu primer amor.

Éste último lo supe en el momento en el que tuve que asistir a aquel funeral. Funeral de mi primer amor.

Hecho repleto de consecuencias futuras.

El y yo no tuvimos nuestro final feliz, pero mi vida seguía esa era la cruda realidad.

Y ahora mí solo me quedaba vivir con las consecuencias de ese amor tras la pérdida.

Desde suceso, ya había pasado más de un año. En apenas unos meses serían dos. Y aunque ya no le amaba, le seguía queriendo.

El amor y sus consecuencias [Consecuencias I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora