Entrenamiento 1x8

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En la mañana, me llegó una notificación del grupo de cobra Kai que teníamos, y Miguel nos dijo que cobra Kai si podía entrar al torneo All Valley, y que debíamos ir al deshuesadero para un entrenamiento especial. Realmente no entendía que teníamos que hacer ahí, pero fuimos. Estaba emocionada por el torneo, sabía que bien, me gustaba el karate, pero que en parte lo hacía también para pasar más tiempo con Eli. Sabía que era realmente importante para el y había mejorado mucho en este poco tiempo, al igual que Miguel.

Ya estábamos todos en el deshuesadero. El sensei estaba parado sobre un carro tomado cerveza y nosotros estábamos frente a él, escuchando lo que nos dice:

- Entrenaron duro. Se volvieron más fuertes, rudos y rápidos. Dieron lo mejor. Están listo para este torneo ¿verdad? -

- ¡Sí, sensei! - gritamos todos

- ¡Mal! - grita y nos arroja su lata de cerveza. - Lo mejor no sirve de nada. Si quieren ganar el torneo All Valley sub-18 de karate, tienen que darme más que lo mejor. Así que, a partir de ahora, recibirán lo peor de mí. ¿Entienden? -

- ¡Si, sensei! - respondemos todos seguros.

-¿Son fracasados? - nos pregunta.

- ¡No, sensei! -

- ¿Son nerds? -

- ¡No, sensei! -

-¿Están seguros? -

- ¡No, sensei! - gritan todos y él pone sus manos en la cara en señal de resignación.

Después de eso, empezamos el entrenamiento. El sensei nos hizo correr por llantas mientras nos gritaba -¡Muevan los pies! ¡Vamos! - lo estábamos haciendo bien, íbamos a un buen ritmo, hasta que Aisha cae y todos caemos sobre ella. - Dios - dice el sensei decepcionado.

Nos dio palos y tubos para destruir todo lo que queramos y descargar nuestra ira. Empecé a romper más unos pedazos de chatarra, hasta que veo a Eli y Miguel subir unas escaleras, así que los sigo y veo como tiran un pedazo de chatarra sobre un carro para destruirlo y se dan la mano, orgullosos de lo que acaban de hacer.

Luego nos hizo formarnos en una fila, para atravesar un contenedor sobre una tabla, donde había un montón de metales y vidrios rotos. Miguel fue el primero en cruzar, lo hizo bastante bien. El sensei le gritaba - ¡Vamos princesa! ¡Mueve el trasero! - Después, fue el turno de Eli y yo iba atrás. "Con cuidado " le susurré antes de que salga. El sensei iba diciendo - no hay nada a que temer, salvo al miedo mismo. Eso y caer sobre metal filudo y vidrios rotos, así que ¡no caigan! - y justo cuando dijo eso, Eli se resbala por algunos pedazos de vidrio sobre la tabla.

Estaba preocupada, pero preferí no decir nada para no avergonzarlo. Después de que bajo, le pregunté:
-Estas bien?
-Si, no te preocupes, es tu turno.

- ¡Vamos, señorita Johnson! No hay nada que temer - me dice el sensei. Así que avanzo para no retener más la fila. Crucé rápido para no mirar abajo y estuve orgullosa de poder llegar al otro lado, después de eso Eli y yo chocamos los puños. - ¡Muy bien! ¡Sigan, sigan, sigan! - grita el sensei.

Después de que todos cruzamos, nos juntó para darnos carne seca.

- Deben tener hambre, ¿tiene hambre? - nos pregunta.

- Si, sensei - respondemos todos. Ya habían pasado algunas horas, la verdad si teníamos hambre.

- Bien- nos mira mordiendo su carne - ellos también - dice para soplar un silbato. Empezamos a escuchar ladridos a lo lejos y en eso vemos perros callejeros correr hacia nosotros.

- ¡Mierda! ¡Corran! - empezamos a gritar todos y salir corriendo a buscar un escondite.

- No teman, huelen el miedo - nos dice el sensei. Creo que está disfrutando esto.

My Sweet Boy (Eli Moskowitz/Hawk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora