Robby

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-Mamá, quedan más medicinas? Me duele el brazo- expresé quejándome-
-Ella dió una mirada a la mesa.- me parece que no, podrías ir a comprarlas a la farmacia?
Asentí.
-De paso te puedes pasar por la comida china? Hoy tengo flojera de cocinar.

Sonreí.
-De acuerdo.

Pase a la farmacia a comprar mis medicinas, y luego ví que habían condones de sabor, sería interesante probarlos, así que me compré uno también, al igual que unas gomitas. El trabajador de ahí me vio extrañado, pensando en que quizás era menor.

Después fui a la plaza cercana para comprar comida china, pero las escaleras eléctricas estaban descompuestas, y la comida china estaba hasta el tercer piso. Rendida, busque el elevador, y me encontré con la persona a quien menos me apetecía ver: Robby.

-No puede ser. Ya tengo con verte en el dojo, y ahora aquí también?

-A mi también me alegra verte- dijo Robby parando el elevador para que nos metamos-

El elevador cierra sus puertas, y marco el tercer piso mientras Robby marca el segundo.

-Voy a comprar algunas cosas ahora que vivo con papá, el deja caducar la carne y no hay muchas cosas comestibles.

-No te pregunte- dije tajante.

Los pequeños focos del elevador comienzan a parpadear, y el elevador deja de moverse.

-Que demonios paso?! - pregunto desesperada-

-Parece que se ha a atorado.

Trato de caminar al rededor del elevador para tener aire, pero la sensación de encierro me hace hiperventilar, y de nuevo, esa estúpida sensación. Porque tenía que ser tan seguido? Me sentía muy débil al tener todos estos ataques de pánico.

Me siento, tratando de respirar mejor, Robby se agacha a mi nivel:

-Que necesitas? Tomas algún medicamento?

Negué con la cabeza. Mi respiración seguía al mil por hora, vi que Robby tocó el botón de emergencia de el elevador.

-Concéntrate en tu respiración. - me dice Robby- contemos del 1-10 lentamente, de acuerdo?

Trato de contar lentamente, lo cual hace que mi respiración se equilibre un poco más.

-Buen trabajo, lo estás haciendo bien- dice calmandome- respiremos de nuevo-

Repetimos esa secuencia de respiraciones, un par de veces pero mi respiración seguía agitada.

-Cuando era niño, le tenía mucho miedo a las ranas y sapos- confesó Robby- y una vez, en un campamento de verano, una se metió a mi cuarto, pensé que iba hacerme daño, y salí corriendo, los otros niños se rieron, sabiendo que no podía hacerme nada.

-Por que les temías? - pregunté- sabía que intentaba, distraerme.

-Pense que eran de la misma magnitud que las serpientes. -Robby se rio- es gracioso como ya he podido agarrar una serpiente, pero no una rana-

-Yo tengo una. Quizá pueda llevarla al dojo.

-Ah si? Cómo se llama?

-Lilo.

-Por Lilo y Stitch?

Asentí.

-Era mi película favorita de Disney.

-La mía era el planeta del tesoro, solia verla mucho con mamá.

Robby y yo comenzamos a hablar un poco más de películas, y eso logro calmarme.

My Sweet Boy (Eli Moskowitz/Hawk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora