My Sweet Boy (Eli Moskowitz/Hawk)

Maine

Por como los asientos habían quedado asignados, por suerte me tocó estar lejos de papá, y con la ventana disponible. Para desgracia de mi mamá, le tocó al lado de el, y el quería platicar, claro, más de 8 años sin platicar de nada más que de la pensión.

Me puse los cascos que me había regalado Demetri para ponerme a ver películas, tomando el refresco y Sabritas que amablemente me habían ofrecido las aeromozas.

Finalmente, llegamos al aeropuerto de Maine, el trasero me dolía y me estire un poco.

-Bien, es por acá- dijo papá.

Nos fuimos en taxi a casa de la abuela. Tenía un estilo rústico bastante característico.

Me puse a ver la casa, con curiosidad. Pude notar que en algunos muebles tenía fotos mías de pequeña.

Observé está con nostalgia:

Recordaba vagamente que había pasado ahí, era navidad y la abuela me había puesto ese moño enorme, riéndose porque parecía un regalo. Esa navidad fue hermosa, la pasé con mis primos jugando y me regalaron maquillaje de juguete. Después me fui a dormir con mamá y papá, con la panza llena de pavo.

Me acerque a un mueble, habían figuritas extrañas que no recordaba y las observe con curiosidad, uno era una ranita con un hada.  Sonreí, era bastante bonita.

-Quieres ver más fotos? - pregunto mi papá

Asentí.

Papá saco un álbum de fotos viejas de la abuela, fotos alrededor de los 70's. Había una foto de la abuela en una protesta contra la guerra de Vietnam, probablemente Kreese la odiaria. Luego comencé a verla un poco más.

-Te pareces mucho a ella.

-Si- dije sonriendo- veo que es así-

Luego después de ese álbum, había uno con fotos donde salía con mi padre y mi madre. Mi madre no pudo evitar llorar y la abrace. Pronto, habían fotos mías de bebé y de niña. No sabía si sonreír o llorar, debí haber hecho algo, debí haber tomado un vuelo y venir a visitarla, pero ahora era demasiado tarde, y sentía mucha culpa. Quería llorar, pero no podía ser así de vulnerable, no frente a mi padre.

Me aguante las ganas de llorar, y luego nos dimos cuenta de la hora. Ya eran las 10 pm.

-Tienen hambre? Puedo hacer de cenar algo, o pedimos algo.

-Oh pidamos algo Robert- dijo mamá- recuerdo cómo cocinas.

Papá sonrió, y nos mostró las opciones, al final, pedimos hot dogs. Era demasiado raro estar cenando hot dogs con mis padres después de tanto tiempo mientras veíamos la tele, demasiado raro. Luego mamá ya tenía sueño, era lógico, ella se dormía a las 9 casi siempre, así que se fue a dormir. Papá apagó la televisión.

-Puedo mostrarte algo?

Con la experiencia de Rickenberg, era difícil confiar en cualquier persona, incluso en familiares.