09: Stranger things

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Capitulo: 9
Stranger things


Entramos a casa de Olivia, la cuál está en un barrio muy parecido al de mi abuela, sólo que está en la otra punta del pueblo.

Sigo timidamente a Zippy, que entra a la casa sin previo aviso,(raro que no haya entrado por la ventana) pero a los segundos recaigo en que es su casa, ya que es el hermano de Olivia.

Nada más entrar hay unas escaleras que dan hacia las habitaciones. Zippy sube automáticamente por lo que no me da tiempo a ver mucho más, sólo el salon que está a la izquierda de las escaleras.

Subimos y un estrecho pasillo nos da la bienvenida a cuatro habitaciones. Zippy continúa hasta la última.

Cuando abre la puerta veo a Chantel tumbada en la cama mientras que Robert le está vendando la rodilla a Olivia.

Es una habitación muy pequeña con dos camas en una litera y un escritorio justo en frente acompañado de una pequeñita ventana.

-¿No supiste aguantar cuatro gotas de lluvia o qué? -espeta Olivia al verme entrar.

Chantel se reincorpora y mira malamente a Olivia acompañado de un gesto para acallar todos los pensamientos que pueda escupir en este momento.

-Siéntate -dice Zippy haciendo un gesto hacia un pequeño sofá gris que hay junto a la cama.

Me siento desviando la mirada hacia toda habitación. A pesar de que es pequeña la han sabido decorar muy bien. Las paredes están pintadas de un color verde claro junto a bombillas que cuelgan de ella. Dan un ambiente bastante relajante.

Una relajación que hace falta, ya que Olivia no para de lanzarme miradas amenazantes.

La situación no creo que vaya a mejorar porque Robert se levanta y Chantel lo sigue.

-Vamos a bajar a la cocina a por algo de comer.

Veo como Zippy abre la puerta y los invita a salir, y sin más los tres salen dejándome sola con Olivia.

Cuando cierran la puerta, ella se gira de una manera escalofriante mientras que entre cierra los ojos para dar aún más miedo.

-Aléjate de mi hermano

Mi cara ahora mismo es todo un poema.

Intento hablar pero no me salen las palabras.

-Si, si. No te hagas la monjita de turno. Mi hermano no sale a buscar a cualquiera, es más es un ignorante le da igual casi todo el mundo. Si ha ido a por ti es por algo.

Balbuceo sin saber que decir hasta que las palabras salen por si solas.

-Te lo estás inventando -le espeto.

-¿Perdona? -me pregunta con aires de superioridad.

-Si, estas enfadada porque te caíste de la bici y no sabes que inventarte para excusarte.

Ella suelta una risa sarcástica y luego levanta el dedo índice amenzante mientras que me dice:

-Mira se perfectamente que eres la nueva hermanastra de Chantel.

Intenta seguir hablando pero le interrumpo

-¿Cómo sabes eso?

-Chantel es mi mejor amiga, al igual que Robert, hasta mi propio hermano. Todos menos tú. ¿Lo entiendes?

La miro aturdida, sin saber a que se refiere.
Ella resopla con aburrimiento y luego con una sonrisa comienza a lanzarme cuchillos transformados en palabras.

-No encajas aquí. Eres demasiado... pija, inaguantable, sabelotodo. Podria seguir pero no quiero gastar saliva contigo.

Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas pero el dolor que siento en mis palmas me recuerdan que no puedo llorar delante de nadie.

-Respeto tu opinión.

Olivia frunce el ceño. Su rostro ahora mismo es un signo de interrogación.
Estará aconstumbrada a buscar pelea pero conmigo no va a encontrar nada, yo no soy así.

-¿Te doy un consejo? -dice dándose la vuelta mientras que enciende el ordenador del escritorio.

-Vale.

-Aléjate de este pueblo lo máximo que puedas. Estás demasiado bien construida como para romperte.

Dejo caer una risa muy pero que muy irónica.

-Solo me dices eso para que me aleje de vosotros. Ni que te preocuparas por mi.

Olivia se gira en la silla.

-Pues si , llevas razón.

En cuanto los chicos vuelven a entrar por la puerta de la habitación llenos de refrescos y de paquetes de patatas, yo paso por al lado de ellos regalándole una pequeña racha sin quererlo a Robert.

Extrañado por las prisas, Chantel me pregunta mientras que avanzo el pasillo.

-¿A dónde vas?

-Al baño.

Me gustaria decir que me voy, pero no tengo ni idea de como volver a casa.

Bajo las escaleras asegurándome de que nadie me sigue y afirmandolo me dirijo a la entrada, dónde un gran espejo refleja mi rostro, una vez más, mojado.

Es increíble, como cuatro palabras pueden hacerte daño, viniendo de una persona que ni si quiera conoces.

Y es que, cuando estás mal por dentro, hasta lo más mínimo duele.

Pero vamos, está claro que no saber socializar es mi pasión.

Me quito las lágrimas de la cara y me dispongo a buscar el baño, por lo menos para disimular. Pero mi mirada perdida se para frente a una puerta muy misteriosa que hay junto al espejo, se que no debo, pero algo me dice que tengo que pasar.

Para... "buscar" el baño. Se perfectamente que no tiene pinta de aseo, pero sabiendo que todas las habitaciones están arriba y al lado del salón la cocina... ¿Qué más puede haber?

Giro el pomo con sigilo y cruzo.
Me reciben unas escaleras inmensas que dan hacia abajo.
Bajo despacio mirando que no me siga nadie.
Abajo del todo hay otra puerta de madera y de un aspecto bastante antiguo.
Cuando sostengo el pomo de dicha puerta entre mi mano, una voz me detiene de inmediato.

-Ni si te ocurra entrar ahí -dice Zippy bajando las escaleras dirigiendose a mi.

Con el corazón en la garganta me giro despacio y con la voz rota le pido disculpas pero por lo que se ve no las acepta porque con una voz decepcionante me contesta:

-Deberías irte, Alessia.

Wild Things [ Español ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora