Capitulo 18:
TraitorMe quedo paralizada ante la situación.
Tengo a dos policías justo delante de mí.
Me quedo pensando por unos segundos en como explicar que yo no quise entrar aquí, que me trajeron sin decir nada y que yo no tengo nada que ver con esto.
Luego vuelvo a pensar en que sería una pérdida de tiempo, porque no me creerian e igualmente tendría que ir a comisaría a testificar los hechos.
Así que hago lo que nunca imaginé que haría; huir de la policía.
Doy media vuelta y comienzo a correr más que nunca.
—¡Señorita detengase! Será peor así —escucho a mis espaldas.
Pero tarde, sigo corriendo a más no poder, viendo como los árboles y todo lo demás pasan tan rápido que solo veo verde a mi alrededor.
Escucho como los pasos de los policías me siguen, pero por suerte corro más rápido que ellos.
La clase de educación física por fin da sus frutos. Aunque nunca pensé que las utilizaría para esto.
La finca es enorme, parece casi un bosque. Veo de lejos una casita de madera donde pienso esconderme.
Se que es una mala idea porque los policia entrarán de inmediato pero tengo un plan.
Mi mente máquina rápido.Entro a la casita y cierro la puerta, pensando en el plan de esconderme bajo algún mueble cuando voy dando pasos hacia atrás y me choco con un anciano.
Doy un pequeño salto del susto y entro en un gran agobio.
Estoy rodeada, los policías están apunto de entrar.
—Vaya... Tú debes ser la chiquilla que entró a mi finca —dice bajándose las gafas para verme mejor.
Me quedo callada sin saber como actuar, una lágrima se desliza por mi cara.
—Ven, escondete aquí —suena su voz dulce señalándome el sofá.
Me tiro al suelo y obedezco.
Ni un segundo después entran los policías y sus voces retumban en la casita.
—Buenos días señor, estamos buscando a la intrusa que entró a su finca. ¿La ha visto?
—No, por aquí no hay ni rastro.
—Vale señor, que pase buen día.
Escucho como la puerta se cierra y me asomo despacio asegurándome de que ya no están.
Salgo y cuando estoy de pie me sacudo el polvo de la ropa.
—Gracias —digo casi mediante un susurro.
—Mi hijo ha debido llamar a la policía otra vez —dice sentándose en un sillón antiguo.Yo me quedo observando toda la cabaña tímidamente.
—Perdona hija. No te he ofrecido nada. ¿Quieres tomar algo?
Yo niego con la cabeza y me siento en el sofá.
—¿Usted entonces... no ha llamado?
—No querida. Es más a mi me gusta que la gente visite mi finca, antes estaba abierta a todo el mundo. Era como una especie de parque natural hasta que me hice mayor y mi hijo se creyó que no estaba en situación como para mandar en nada. Está deseando que me muera para quedarse con todo —muestra su dolor con un hilo de voz.
—Lo siento mucho, señor.
El anciano deja caer una sonrisa muy dulce.
—No me digas lo siento, aún sigo vivo— dice guiñando un ojo.
—¿Por que cerró la finca?
—Yo no fui, fue mi hijo quién quiso cerrarla. Dice que es demasiado lujosa como para que la gente se aproveche. Antes de cerrarla me sentia algo acompañado, te asomabas a la ventana y veias a familias haciendo picnis, a niños trepar los árboles, a parejas paseando. Me conocian todos y me saludaban. Tenia la compañia que mi hijo no me da.
Cabizbajo la cabeza algo triste. Me da mucha pena las personas mayores que se sienten solas. Se pasan toda la vida cuidando a su familia para que ellos se lo agradezcan así.
—¿Y tu hija mia? ¿Como has acabado aqui?
Se me hace un nudo en la garganta que solo me deja balbucear.
—Señor... Yo... Yo... —cojo aire—. No suelo hacer estas cosas de verdad, me han hecho todo el lío mis... bueno varios chicos. Yo no quería de verdad, yo no soy así... yo...
El señor me corta y sigue la conversación.
—No pasa nada, eres una adolescente tienes que hacer este tipo de cosas. Sería raro que no las hicieras.
—Pero, no soy así de verdad. Yo soy muy responsable y... —digo en un hilo de voz cuando me vuelve a interrumpir.
—Pues eso no me parece bien. Tienes que vivir aventuras para contarles a tus nietos las anécdotas el día de mañana. Sólo se es adolescente una vez. No puedes esperar a que las cosas vengan a ti, a veces tienes que ir tú a buscarlas.
Entrecierro los ojos pensativa, sabiendo que lleva toda la razón. Nadie nunca me ha dicho las cosas así, tan claras tan... reales.
—Toma —me ofrece una taza—. Chocolate caliente para el frío del corazón.
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Wild Things [ Español ]
Teen FictionAlessia Rodríguez es una chica ejemplar. Tiene su estabilidad emocional perfectamente pulida hasta que su vida da un giro inesperado y sus padres deciden divorciarse. Todo lo que era su vida perfecta se derrumba. Su padre se va de casa y a partir de...