-iEso estuvo asombroso mamá!.- Lisa sonrió ampliamente al notar lo emocionado que estaba el pequeño pelinegro.
-Bueno creo que no sería una mala idea venir más seguido.
-No cuenten conmigo. Es aburrido.- Piper intervino de inmediato las palabras de su madre.
Luego de ver el partido de básquetbol en el cual los Miami Heat habían resultado triunfantes, la neurocirujana y sus dos hijos dejaban el gran gimnasio para dirigirse de regreso a casa. Había sido una gran noche en familia, o al menos para ella y para Noah, ya que la pequeña Piper no resultaba ser tan interesada en los deportes como su mellizo lo era. Para ella solo eran un montón de tontos corriendo tras un balón agrediéndose unos a otros para conseguirlo, aquello no era para nada divertido ante los ojos de la niña de ocho años. Lisa vio divertida a la pequeña rubia quien rodaba los ojos mientras su hermano no dejaba de hablar sobre el partido.
-Basta de discutir chicos.- Detuvo la camioneta frente a la cochera terminando la discusión de sus hijos en la parte trasera de esta.
Su teléfono vibró anunciando una llamada entrante mientras caminaban por el jardín delantero en dirección a la entrada principal. El nombre de Jerry apareció en el identificador y entonces recordó la propuesta que Sana le había hecho hace unos cuantos días atrás, se giró para ver a los niños viéndola expectantes.
-Adelántense chicos, la abuela les espera.- Ambos asintieron antes de correr hasta entrada principal- ¿ Hola?
-iLisa! Creí que no cogerías la llamada amiga.
-Siento haber tardado. Los chicos y yo hemos regresado del juego de básquetbol recién.- Explicó Lisa.
-iPerfecto! Si vienes podemos tomar una copa. Sera divertido.
-No lo sé Jerry.
-iOh vamos! Además Jisoo nos ha dicho que traerá compañía.- Fruncí el ceño y solté un suspiro mientras lo pensaba.
-De acuerdo. Pondré a los niños en la cama y estaré allí dentro de unos minutos.
-Perfecto. No tardes demasiado.
La llamada fue finalizada y Lisa corrió al interior de la casa para encargarse de los niños. Afortunadamente su madre estaría con ellos unos días más antes de marcharse, pues Eleonor Manoban había decidido mudarse al estado de California luego de la muerte de su esposo años atrás. Por supuesto que sus hijos no habían estado de acuerdo con que ella se mudase sola al otro lado del país, pero ellos no habían tenido mas remedio que ceder ante los deseos de su decidida madre.
-Pero no quiero dormir aún. Sólo un juego más ¿Sí?.- Noah miró a su madre con súplica aferrándose al control de su consola de video juegos.
-Está bien, pero te duermes luego de eso.- Se inclinó para besar la frente de su hijo antes de caminar a la salida de su habitación.- La abuela se asegurará de que estés dormido así que nada de trampas ¿De acuerdo?
-Claro mamá.- Dijo el pelinegro con la mirada fija en la pantalla del televisor.
La ojiverde le dio una último mirada antes de cerrar la puerta de la habitación y dirigirse a la continua. La puerta de ésta tenía detalles de flores y unas letras en rosa con el nombre de Piper. En cuanto entrevió la puerta para entrar notó que la niña de cabellos rubios y grandes ojos grisáceos estaba sentada sobre su cama con lo que parecía ser una especie de libro en su regazo, pero no era un libro sino más bien un álbum de fotografías.
-¿Qué es lo que ves princesa?.- Lisa camino al interior del cuarto para sentarse junto a su hija pasando un brazo tras las espalda de esta.
-Es el álbum de mamá. Son muy bonitas.- Murmuró Piper pasando sus dedos con lentitud por sobre las imágenes.