Lisa entró en la sala de titulares y se dejó caer pesadamente sobre uno de los cómodos y amplios sofás que allí habían bajo la atenta mirada de Sana. Ésta última frunció el entrecejo al notar la actitud de su amiga y dejó de lado el papeleo con el que lidiaba para poner toda su atención sobre la rubia.
-¿Qué es ésta vez?.- Lisa le vio de reojo.
-¿De qué hablas?.- La más baja rodó los ojos y arrastró la silla que ocupaba hacia atrás alejándose de la mesa y caminando hasta sentarse justo frente a ella.
-¿En serio será así? Porque no me dices a qué se debe esta vez esa cara larga que traes ¿Eh?
-Jennie.....- Susurró flojo casi en un quejido.
-¿Jennie? ¿Quién es.....?.- Comenzó a preguntar pero luego recordó a la sonriente y destacada residente de apellido Kim- Oh. Así que si estás involucrada con esa chica.
-Ese es mi problema. Lo estaba.- Volvió a bufar la ojiverde.
-Te refieres a que lo estabas y quieres volver a estarlo.- Afirmó Sana- Si es así ¿Cuál es el problema?
Aquel cirujano estirado que había pisado las instalaciones del hospital hace muy poco tiempo era su puro problema. Cada vez que lo veía cerca de la morena le entraban unas inmensas ganas de soltarle un par de puñetazos y mandarlo a volar lejos para que alejase sus manos de la chica que debería ser suya. Pero al parecer su herida había demorado en sanar y aún no estaba segura de si lo había hecho por completo, de todos modos aquello le había cegado y retrasado pues ahora su castaña ya estaba interesada en aquel cirujano.
-Kai es mi maldito problema.- Aquello salió como un gruñido y Sana se sorprendió ante la evidente molestia en la voz de la neurocirujana.
-Si que estás molesta cariño, debes relajarte.- Lisa rodó los ojos- ¿Por qué no vas y le dices lo que sientes? Estoy segura de que a ella le interesará escucharte.
-¿Por qué lo haría? Esta con aquel gilipollas ahora.- La cirujana de traumas se estiró para golpear el brazo de su amiga- iAuch, Sana! iEso duele!.- Se quejó.
-Eres una idiota. Ella puede estar intentando algo con Jong-in pero no creo que sea él de quien está enamorada.- La ojiverde puso especial atención en las palabras de Sana- Por dios, todos aquí notamos como ambas se quedan mirando con cara de idiota a la distancia.
Y es que era cierto. Cuando estaban en la misma habitación ambas volteaban a verse cada cinco segundos.
-¿Tú crees que yo deba.....?.- Guardó silencio mientras parecía discutir mentalmente consigo misma- iMierda! iDebo hacerlo porque la quiero Sana!
Se puso de pie para correr hasta la puerta de la sala y abrirla de un tirón antes de girarse de nuevo en dirección a la cirujana que permanecía en su lugar.
-La quiero.- Susurró una última vez antes de salir disparada de allí.
-Está haciendo lo correcto, ¿No es así Alicia?
Sana miró hacia arriba con una sonrisa en el rostro. Claro que hacia lo correcto, era hora de que continuase su vida.
...
-¿Cómo estás cariño? ¿Ya te encuentras mejor?.- Antonio había ido en busca de su hija en cuanto había abandonado el quirófano.
-Lo estoy papá no te preocupes.- Dijo Jennie mientras continuaba llenando la forma que tenía entre manos.
-¿Qué es eso?.- Preguntó el cirujano con la curiosidad cruzando sus ojos- ¿Es la solicitud para la especialidad?
-Lo es.- Susurró la morena sin levantar la mirada.