Jennie se despertó con un brazo rodeando su cintura y una respiración acompasada erizando la piel de su nuca, sin darse cuenta ya se encontraba sonriendo de costado contra la almohada.
La luz apenas se filtraba en la habitación y sus ojos aún se encontraban algo pesados por el sueño, de removió entre los brazos del cirujano para girarse y detallar con más detenimiento su rostro. Era muy atractivo, todo lo que cualquier mujer buscaría para llevar una vida perfecta. Aunque sabía perfectamente que sus sentimientos por Lisa seguirían vivos todavía, había reconsiderado la posibilidad de darse una oportunidad con el castaño que había demostrado querer darle una relación estable. Con su índice comenzó a trazar el contorno de los labios de Kai quien frunció ligeramente el ceño haciendo reír a la castaña.
-Creo que rompí una de tus reglas.- Susurró el castaño aún sin abrir los ojos.
-¿Qué?.- Preguntó la morena.
-Me he quedado a dormir.
Jennie sintió las caricias que el castaño brindaba en su espalda baja y disfruto de éstas mientras lo observaba abrir los ojos con lentitud provocando que ella reparase en el hipnotizante color de éstos.
-Tal vez quiera que la rompas a menudo.- Él la miró fijamente por unos segundos como si estuviese asegurándose de que ella no estaba bromeando pero cuando no notó ningún atisbo de risa en el rostro de la castaña sólo se limitó a besarla.
-No tenemos que ir al hospital hasta esta tarde.- Murmuró Kai mientras comenzaba a repartir húmedos besos por todo el cuello de la morena causando que ésta sintiese cosquillas a causa del acto reiterativo.
-Eso ya lo sé.- La voz de Jennie fue casi un murmullo entrecortado.
-Pues vamos a aprovechar el tiempo doctora Kim.
Sólo fue cuestión de minutos para que la castaña se encontrara lanzando gemidos ante las caricias que el titular le brindaba. A diferencia de la noche anterior aquel encuentro matutino estaba resultando algo menos pasional y agresivo, para convertirse en algo mas dulce pero igual de intenso. Jennie clavó sus dientes en el hombro del castaño en cuanto sintió como éste la embestía con delicadeza y apretó los ojos con fuerza mientras lo escuchaba dejar escapar un gruñido de satisfacción cerca de su oído. Sus caderas comenzaron a ir al encuentro de las de Kai quien buscó sus labios sin detenerse, e incluso aumentando levemente la intensidad de sus movimientos. Ambos jadeaban sus nombres sobre los labios del otro intentando conseguir su liberación la cual invadió sus cuerpos un largo rato después.
-Creo que esto me da derecho a quedarme para desayunar ¿No?
Jennie soltó una sonora carcajada haciendo que el cirujano se le uniese de inmediato, sería una buena mañana.
...
-¿Cuánto llevas aquí?
Jerry quien se adentraba en pequeña biblioteca miró a Lisa quien estaba sentada frente a un ordenador con el rostro totalmente cansado.
-Me tomé un descanso de tres horas y regresé en cuanto dejé a los niños en la escuela.- Dijo la neurocirujana mientras frotaba su rostro con ambas manos.
-Creo que necesitas esto más que yo amiga.- El pediatra le tendió su café y ella lo agradeció con un asentimiento- Aprecio esto que estas haciendo por Kira.
-Es mi trabajo Jerry. Siempre estaré dispuesta a salvar una vida.- La cirujana reparó en la agotada cara que traía su amigo y frunció un poco en ceño- He sido yo la que ha estado frente a esta pantalla toda la madrugada pero eres tu quien como la mierda.
-Es Sana. Creo que las hormonas del embarazo están haciendo su efecto y he tenido que interrumpir mis reducidas horas de descanso durante toda la semana para atender sus antojos alimenticios y también sexuales sin mencionar el sin fin de incomodidades que dice sentir.
