-Bien doctora Kim, ¿Puede decirme que es lo que sigue ahora?. Sana Minatozaki miró a su residente fijamente.
-Se debe tomar el peritoneo con pinzas para hacer su apertura.-Contestó de inmediato la castaña viendo fijamente hacia la incisión principal.
-¿Quiere hacernos el favor?.- Ella asintió.
-Pinzas.- Exigió recibiéndolas al instante y se aventuró al interior de la incisión- Bisturí.
Tomó los implementos con manos firmes estando totalmente decidida a dar todo de sí para no fallar en aquella operación que podía resultar increíblemente sencilla a simple vista. Siguiendo a cada paso al pie de la letra y también las instrucciones que recibía por parte de la titular, Jennie logró hacer aquella parte del procedimiento sin mayores dificultades recibiendo un halago por parte de su superior. Se dedico a observar y a colaborar durante el resto de la cirugía.
-El apéndice está fuera amigos.- Anunció la titular mientras depositaba el órgano vestigial en la bandeja de metal quirúrgico que una de las asistentes de tendía- ¿Sabes como hacer una sutura reabsorbible Kim?
-Sí, pero yo no tengo demasiada experiencia en ello doctora.- La más baja de pie al otro lado de la mesa se detuvo para verla con atención.
-Pues agradezco su sinceridad.- Dijo la cirujana antes de volver a lo suyo- Muchos residentes omiten demasiada información respecto a sus conocimientos tan solo para pisar un quirófano y armar un desastre dentro de él.
-Bueno, eso es porque todo se a vuelto una completa competencia entre nosotros desde que llegaron los rumores de un nuevo jefe de residentes.- Dijo Jennie.
-Yo me concentraría mucho más en elegir una especialidad pronto.- La vista de ambas permanecía sobre la impecable sutura que la titular estaba aplicando mientras hablaba- No falta demasiado para que se conviertan en especialistas y necesitan aprender de buenos cirujanos.
Y por supuesto que la cirujana tenía razón. La morena se había pasado los últimos meses en que es lo que le gustaría elegir pero seguía sin tener respuestas certeras al respecto. Su primera opción siempre había sido neurocirugía, pues esta rama de la medicina se había convertido en la especialidad de la familia por años y sabía perfectamente que su padre esperaba que ella siguiese exactamente los mismos pasos. Pero a decir verdad eso no era precisamente lo que ella quería para continuar su carrera como cirujana, lo que ella buscaba era un especialidad que realmente le apasionara tanto como a su padre le apasionaba descubrir todos los días algo nuevo mientras se dedicaba a la neurocirugía.
-Hemos terminado, excelente trabajo equipo.- Ambas cirujanas dieron un paso atrás alejándose de la mesa para comenzar a quitarse la vestimenta quirúrgica partiendo por los guantes de látex teñidos de rojo, y finalizando con el tapabocas y la cofia a las afueras del quirófano seis.
-Gracias por la oportunidad doctora Minatozaki.
-Te lo merecías Kim. Y por cierto.- Continuó antes de que la castaña pudiera marcharse- Creo que triunfarías en el mundo de la cirugía general Jennie.
...
Con una sonrisa de orgullo en el rostro, la morena continuó su camino luego de recibir las últimas indicaciones por parte de la doctora Minatozaki acerca de los cuidados que debería recibir su paciente. Y entonces aquella sonrisa desapareció en cuanto notó cómo su padre se acercaba a ella trayendo consigo al ya familiar castaño.
-iJennie!.- La llamó justo antes de que ella pudiese escabullirse- Ven aquí cariño, déjame presentarte al doctor Jong-in.
-Papá estoy muy atareada en este momento.....- Pero su padre no escuchó sus excusas.