Jennie se detuvo abruptamente en la puerta de la habitación y cubrió su boca con una de sus manos soltando un sollozo de inmediato. Rosé le sonreía desde su cama, una sonrisa con falta de fuerzas pero al fin y al cabo era una sonrisa. Jisoo estaba de pie junto a ella igual de emocionada que la cirujana pediatra mientras tomaba la mano de su novia entre la de ellas, desde que había despertado se había negado a romper el contacto o siquiera apartarse un par de centímetros de la rubia.
-Aún no he dicho una palabra y ya estás llorando como una bebé Jen.- Sin duda estaba más lúcida que nunca, pues no perdía su sentido del humor.
-Estoy llorando de felicidad.- Jennie sonrió limpiando su rostro y acercándose a su amiga por el otro lado de la cama en la que yacía recostada- ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?
-Es difícil respirar aún pero Sana dice que me llevará un par de días acostumbrarme.
-Es bueno verte despierta otra vez Rosie.- Lisa se íntegro caminando hasta estar junto a su novia- Te hemos estado extrañando.
-Gracias Lisa. Siento lo de los niños.- La ojiverde frunció el ceño y la pelinegra se encogió de hombros.
-Me ha interrogado desde que abrió los ojos y he tenido que ponerla al corriente amiga.
-No puedo dormir una siesta sin que algo extraordinario pase?.- Preguntó incrédula la rubia.
-No puedes volver a dormir por mucho tiempo ¿Entendido?.- La morena la señaló acusadoramente entrecerrando los ojos.
-Esta bien.
Las risas invadieron la habitación y hasta entonces Jennie no había notado cuánta falta le había hecho su mejor amiga en el último tiempo. Extrañaba comentarle sus problemas y pensamientos. Extrañaba escucharla reír y burlarse de muchos. Extrañaba ver cómo regañaba a los internos y se enfurecía con los residentes llamándolos inútiles para presumir que había aprendido de la mejor titular refiriéndose a Jisoo. Rosé era una persona muy importante en su vida y la verdad, no tenía ni idea de cómo hubiese sido perderla. Pero las palabras que cruzaban su mente al pensar en ello era devastador y horrible.
Parecía que habían pasado demasiadas horas desde que ella y Lisa habían tomado lugar en la habitación cuando la ojiverde decidió que sería mejor dejar descansar a su amiga quien a regañadientes permitió que se marcharan, pues quería seguir charlando. Despidiéndose de ambas se marcharon no sin antes prometer que regresarían al día siguiente para hacer otra visita a la rubia. Recogieron a Olivia de los brazos de BamBam quien se había ofrecido a vigilarla en su oficina mientras ellas hacían su visita. La niña estaba muy feliz por verlas otra vez y se aferró a los brazos de Lisa tocando con curiosidad su rostro y apretando con toda la fuerza que tenia su nariz.
-Ella es una ternura. No recuerdo que los míos fuesen así de tranquilos y adorables.- La ojiverde rió ante la expresión en el rostro de su hermano y se encogió de hombros.
-Eso es porque ahora son adolescentes hormonales.- Bromeó antes de ver a Jennie- ¿Nos vamos cariño?
-De hecho, ¿Puedes aguardar aquí un poco? Quiero hacer una cosa antes de irnos.- El ceño fruncido de la rubia le inquieto pero luego volvió a relajarse al verla asentir- Bien, no me tardo.
Depositó un rápido en la mejilla de la mujer de piel nívea y abandonó la oficina de BamBam con rapidez escabulléndose hasta el ascensor para ir hasta la habitación de Kai. El cirujano estaba en coma desde su última cirugía de reconstrucción facial. Sus probabilidades de despertar eran casi nulas y parte de su cerebro había perdido funcionalidad a raíz del gran accidente.
Sólo lo había visitado unas cuantas veces desde que tuvo el accidente y tan sólo se dedicaba a sentarse junto a él y observarlo con la esperanza de verlo abrir sus ojos de un momento a otro. Aunque sabía que eso no pasaría.
-Creí que no volverías a venir.- Se giro de inmediato al oír una voz a sus espaldas.
-Yo......sólo quería ver cómo se encontraba.- Le respondió a la madre del cirujano.
-Pues no ha presentado avances. Los doctoras ya comienzan a hablar acerca de.....desconectarlo.- Su corazón se contrajo ante la opción mientras veía el dolor reflejado en el rostro de aquella madre.
-No sé que decir yo......Jamás hubiese deseado que esto pasara, es un buen hombre y se merece mucho más que esto.
-Te merecía.- Las palabras de la mujer tensaron a Jennie y ésta lo notó- Oh por favor, no quiero que me malinterpretes. Es sólo que.....durante el poco tiempo a su lado, lograste hacerlo feliz.
-Es bueno escuchar que al menos hice algo por él antes de abandonarlo y hacerlo sufrir.- La castaña bajo la mirada avergonzada.
-No tengas vergüenza querida. Cometemos errores porque el destino así lo quiere, es una forma de aprender a ser feliz.
¿Y si así era? Pues si haberse cruzado con Lisa le parecía un error, entonces era intensamente feliz.
Los días corrían demasiado lentos a juicio de la neurocirujana quien estaba desesperada por volver a ver a sus hijos de una vez. Si bien es cierto que podía hablar con ellos todos los días, una simple llamada no se comparaba con poder abrazarlos, preguntarles cómo les fue en la escuela o permitir que Piper haga trenzas en su cabello. Por supuesto disfrutaba de su tiempo junto a Jennie y Liv, quien por cierto estaba aprendiendo cosas nuevas todos los días. Como gatear por todos lados dentro de la casa volviéndose algo escurridiza para sus madres.
-Ven aqui revoltosa.- Rió la ojiverde levantando a la niña que había conseguido ponerse en pie con mucho esfuerzo recargándose en el sofá de la sala.
-Esta creciendo demasiado rápido.- Se quejó la morena con un puchero en sus labios- Comenzara a ser más independiente y no me necesitará.
-Siempre te necesitará cariño, eres su mamá.- Liv repitió la primera silaba de aquella palabra repetidas veces agitando sus brazos y haciéndolas reír- Quiero a los chicos de regreso.
-Sólo cuatro días más y estarán aquí de nuevo.
Sólo cuatro días.
...
Jisoo se adentró en la habitación cerrando la puerta tras ella y soltó un bostezo que Rosé notó de inmediato mientras la veía acercarse hasta tomar su lugar en aquella silla junto a su cama. La rubia estiró su mano para tomar la de su novia y le dio un ligero apretón disfrutando del contacto que tanto habían extrañado ambas.
-Luces cansada. Deberías ir a casa y dormir.- Dijo Rosé pero la cirujana negó de inmediato.
-No, estoy bien aqui junto a ti.- Acarició el cabello de la chica- Tu puedes dormir y descansar. Yo me quedaré a tu lado.
-No puedo dormir.- Confesó la rubia desviando la mirada.
-¿Por qué?.- Jisoo no lo comprendió en seguida- Ya entiendo....¿Tienes miedo?
-No quiero cerrar los ojos porque tengo miedo de no poder despertar.- Susurró soltando un suspiro. La pelinegra le acarició una de sus mejillas con el dorso de su mano.
-Escucha eso no va a pasar. Estaré aquí cada segundo y me aseguraré de que vuelvas a abrirlos porque necesito mirarlos todos los días para estar completa.
-Te amo.- El corazón de Jisoo se aceleró al oír aquellas palabras y no pudo evitar sonreír antes de inclinarse para besar a su novia.
-Te amo. Estaré para cuidarte siempre, confía en mí.
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