Capítulo 32

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-¿A qué hora vendrá mamá?.- Noah preguntó ansioso de pie junto a la castaña en la cocina.

-Dijo que llegaría dentro de una hora. No te preocupes, estoy segura de que estará aquí a tiempo para el partido.- Jennie acarició el negro cabello del niño mientras acomodaba a Olivia contra su cadera.

La verdad es que la morena no había hablado con Lisa desde hace un par de horas atrás, en donde ésta última había anunciado que estaría en el próximo vuelo hacia Miami lo más pronto posible. Los últimos tres meses se habían vuelto algo difíciles y tensos para ellas, pues la idea de tener a la neurocirujana lejos en L.A no le había gustado para nada y eso se había convertido en un motivo de discusión permanente. Sus ganas de regresar al hospital no estaban ayudando demasiado y aún le quedaba al menos un mes completo en casa. Aunque Lisa no estaba de acuerdo con que Olivia asistiese a la guardería aún, Jennie se había encargado de dejar en claro que aquel no era un tema que pudiesen poner en discusión pues la decisión ya estaba tomada.

La ojiverde además de tener problemas en su relación también estaba teniendo problemas con los niños, quienes no estaban nada contentos con tener a su madre lejos y sólo poder charlar con ella a través de una laptop. Un nuevo partido de los Miami Heat estaba a la vuelta de la esquina y Noah se encontraba muy emocionado por asistir, así que la neurocirujana le había prometido llegar a tiempo para asistir al partido con él aquel día.

-¿Es mamá?.- El niño puso mucha atención al escuchar el sonido del móvil de la morena quien rió ligeramente antes de asentir.

-Es ella.- Dijo antes de atender- ¿Estás cerca?.- Fue lo primero que preguntó la castaña al contestar la llamada mientras observaba como Liv disfrutaba de babosear sus regordetas manos.

-Lo siento.- En cuanto la ojiverde se disculpó Jennie supo que aún estaba muy lejos de casa- Hubo un problema en el aeropuerto y el vuelo se canceló hasta dentro de media hora.

-Lo que significa que tardarás mucho más en llegar.

Al oír las palabras de la morena, el rostro de Noah se contrajo en una mueca mientras entendía lo que la cirujana había querido decir con eso. Decepcionado, el niño se dejó caer en el sillón tras él soltando un molesto bufido.

-¿Puedo hablar con Noah?.- Jennie le tendió el aparato a éste último quien lo cogió de mala gana escuchando las disculpas de su madre.

La castaña observó como el rostro del pelinegro se contraía aún más al fruncir el ceño con enfado, y abrió los ojos sorprendida en cuanto escuchó la exclamación que Noah dejó escapar en dirección a su madre.

-iPrometiste que vendrías! iYa nunca estas en casa!.- Y con esto, el niño dejó caer el teléfono sobre los cojines del amplio sofá antes de correr disparado hacia las escaleras.

-¿Estás bien?.- Lisa oyó otra vez la voz de su novia luego de algunos segundos.

-Él debe estar odiándome en estos momentos.- Y ella también se odiaba así misma por fallarle al pequeño.

-No. Sólo está molesto, prepararé algo que le guste de cenar e intentaré subir su ánimo, así podrás hablar con él en cuanto llegues.

-Gracias.- Susurró la ojiverde con una media sonrisa en los labios escuchando los balbuceos de Liv a través de la línea- Ella intenta tener una conversación ¿No es así?.- Rió.

-Es un "date prisa mamá" o tal vez sea un "mami ya tengo hambre".- La morena agudizo un poco su voz en ambas frases viendo a su hija quien la miraba fijamente como si supiera que estaba hablando de ella.

-Debo colgar. Los veré pronto, los amo.

Y con esa despedida la llamada fue finalizada dejando a Lisa descontenta, pues no le había gustado escuchar lo molesto que su hijo estaba con ella. En cuanto estuvo dentro del vuelo hacia Miami, cerró sus ojos esperando llegar a casa lo más pronto posible.

...

La llave fue metida en la cerradura y girada unos segundos después por la neurocirujana quien se adentró en la casa arrastrado su equipaje con ella. Todo estaba en quietud al interior de la casa al parecer pero luego de un rato pudo escuchar risas provenientes desde la cocina. Se acercó hasta allí y desde el umbral pudo notar como Jennie y Piper reían cubiertas de lo que parecía ser chocolate, la morena estaba de pie frente a la mesada batiendo una mezcla oscura dentro de un recipiente y la pequeña rubia le hacía compañía sentada en un taburete junto a ella.

-¿Por qué tantas risas? ¿Eh?.- Piper se giró de inmediato al oír la voz de su madre y abrió la boca con una expresión de sorpresa.

-iMamá, estás aquí!.- Exclamó bajando de un salto para correr a los brazos de la ojiverde.

-Pero que gran abrazo. No te imaginas cuanto los extrañe cariño.- Susurró la ojiverde inhalando el exquisito aroma que su hija desprendía.

-También te extrañamos mamá.

Poniendo a la niña de regreso en el suelo, de acerco hasta su novia quien sonrió de medio lado antes de recibirla con un abrazo y un muy agradable beso de bienvenida. Un suspiro escapó de los labios de la morena quien permaneció un par de segundos más con los ojos cerrados.

-Esto es un muy agradable reencuentro ¿Sabes?.- Murmuró Lisa.

-Que asco.- Se quejó Piper haciendo muecas.

-Espera te sigan pareciendo asquerosos los besos en un par de años.

Jennie rió mientras observaba cómo la ojiverde señalaba a su hija a modo de advertencia.

-¿Dónde está Noah?

-En su habitación.- Respondió la niña volviendo a su lugar junto a la castaña para continuar con su tarea.

-Iré a charlar con él. No me tardó.

Saliendo disparada escaleras arriba, la neurocirujana se detuvo justo frente a la puerta de la habitación de su hijo y soltando un suspiro dio dos suaves toques contra la madera blanca de la puerta pero no hubo respuesta desde el otro lado. La rubia se sintió aún más culpable y tomando una profunda respiración para poder lidiar con el enfadado ojiverde, giró el pomo de la puerta.

-Noah sé que estás enojado pero....- Se detuvo al notar la habitación vacía frunciendo el ceño- ¿Noah?.- Lo llamó otra vez pero no hubo respuesta.

Lo busco de inmediato por toda la segunda planta y hasta se adentró de manera muy silenciosa en la habitación de Olivia en donde la bebé dormía, pero no había señales de su hijo en la casa. Alarmada bajó de dos en dos las escaleras y regresó a la cocina agitaba preocupando de inmediato a Jennie.

-¿Qué sucede?- Ella no se imaginaba de que podía tratarse la angustia en el rostro de Lisa.

-Noah no está.

La boca de la castaña se secó ante las palabras de su novia y permaneció inmóvil pestañeando rápidamente sin saber qué decir ni cómo actuar.

¿Qué se supone que harían? 

***

Into it - JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora