-Jennie.- Llamó la ojiverde tocando la puerta del baño con sus nudillos por décima vez- Vamos nena, sal de ahí.
-iQuiero que te alejes!.- Gritó con molestia la castaña desde el interior.
Piper y Noah vieron a su madre divertidos, pues sabían cuanto tiempo llevaba la neurocirujana intentando sacar a su novia del cuarto de baño luego de haber insinuado accidentalmente que estaba aumentando de peso justo cuando la castaña se vestía para la cena de tendrían con sus padres. Lisa tocó otra vez, pero fue en vano ya que la morena no tenía intenciones de abandonar el lugar.
-Dios, soy una idiota que no puede mantener su boca cerrada.
-¿Por qué no intentas sobornarla con algo de helado?.- La cirujana vio a su hijo frunciendo el ceño y éste se encogió de hombros- Al menos funciona cuando no quiero salir de mi habitación.
-No creo que esto sea lo mismo Noah.- Dijo Piper.
-¿Por qué no van a ver caricaturas? Esto tardará un poco.- Ambos niños se miraron entre ellos y salieron disparados de la habitación.
Jennie oía todo lo que la ojiverde decía mientras permanecía sentada sobre la tapa del retrete de brazos cruzados cuestionando si es que efectivamente estaba gorda o no. Quizás sólo un poco, pero sabía que aquello empeoraría a medida que el embarazo continuara tomando su curso. iY es que eso era algo completamente natural! Pero al parecer sus hormonas alborotadas se negaban a dejarla ver aquello manteniéndola cegada y enfadada. Lisa suspiro y recargo su frente contra la madera antes de volver a hablar una vez más.
-Mi amor, ¿Puedes por favor perdonar mi estupidez y salir de allí dentro?.- No hubo respuesta- Siento haber dicho lo que dije o cómo lo dije. Sólo estaba intentando hacer referencia a que tu vientre está cada vez más grande, porque evidentemente nuestro hijo está creciendo allí dentro.
Aquellas palabras estaban logrando suavizar la molestia de Jennie quien estaba convirtiéndose en un mar de lágrimas mientras mordía su labio inferior. La rubia continuaba disculpándose agotando todos sus recursos por intentar hacer que su novia abriese la puerta cuando por fin la castaña quitó el cerrojo y salió del interior del cuarto de baño soltando ligeros sollozos mezclados con hipidos.
-Lo siento bebé.- Lisa suspiro antes de envolverla entre sus brazos y besar su coronilla repetidas veces.
-Perdón por todo esto pero es que me es imposible controlar mis emociones en este momento.- Una ternura indescriptible invadió a la ojiverde en cuanto vio un puchero en los labios de la morena.
-No importa ya, puedo soportar todo eso mi amor.
Compartieron un casto beso antes de que la castaña se apartara de imprevisto tomando la muñeca de la rubia para comprobar así la hora en su reloj de mano. Sus ojos se abrieron con espanto justo antes de que comenzara a dar vueltas por al habitación acabando de prepararse. Esa es mi Jennie, pensó Lisa mientras negaba divertida.
-¿Qué crees que tus padres tienen para decirnos?.- Preguntó Lisa mientras observaba a Jennie a través del espejo del tocador.
-Pues no lo sé. Estoy algo nerviosa la verdad, no es bueno que se arriesguen a estar juntos en una misma habitación por voluntad propia.- Una mueca atravesó el rostro de la morena mientras se ponía en pie.
-Hermosa y muy sexy.- Las manos de la castaña fueron a parar a la camisa negra que la ojiverde vestía ajustada a su abdomen para acomodar el cuello de ésta.
-Bueno tú tampoco estás nada mal.
-Eso ya lo sé nena.
Una risa escapó de la boca de Jennie en cuanto la neurocirujana le guiñó un ojo antes de inclinarse ligeramente hacia abajo para besarla mientras descansaba sus manos sobre el vientre de cinco meses de embarazo de la castaña. El timbre la casa sonó por todo el lugar y los niños llamaron la atención de ambas llamándolas a gritos desde el pie de las escaleras. Cuando ambas descendieron por éstas con sus manos entrelazadas notaron cómo los padres de la cirujana pediatra estaban de pie en el recibir con Piper y Noah siendo besuqueados por Melissa.