-¿Qué hay de ésta?.- El niño negó con efusividad permaneciendo sentado sobre su cama con forma de automóvil- ¿Y ésta?
-Amarilla.- Demandó el pequeño de tres años frunciendo el ceño.
-El azul también es bonito Theo.- Dijo la ojiverde alzando con entusiasmo una camiseta de color azul con un automóvil estampado.
-iAmarilla mamá!
La neurocirujana bufó pasando una mano por su cabello con frustración. Llevaba casi media hora intentando terminar de vestir a su hijo pero éste se negaba a usar otra cosa que no fuese una camiseta amarilla y ya las había usado todas durante la semana!
-¿Y si te doy unos cuantos caramelos a cambio de que uses la linda camiseta azul?
-Mami no me deja comer calamelos.- ¿Por qué era tan obediente? Liv siempre cedía con facilidad ante el soborno, pensó.
-Lo sé pero mami no lo sabrá.- Refutó la rubia pero el niño sólo se cruzó de brazos aún con el torso desnudo- Esta bien, ya entendí. Algo amarillo.- Dijo antes de continuar su búsqueda en los cajones de la cómoda del pequeño.
-Lisa, ¿Por qué tardas tanto?.- La voz de la morena se escuchó desde el corredor y ésta no tardó en aparecer en el umbral de la puerta- iLisa! ¿Por qué aún está semi desnudo?
-Por su maldita obsesión con el amarillo.- Gruñó poniéndose en pie.
-Siempre guardo una aquí.- La castaña recurrió al último cajón del mueble y cogió una camiseta amarilla dándose la vuelta hacia su hijo quien ya la esperaba con los brazos alzados para ser cubierto con la prenda- Ya está. Ve con tus hermanos cielo.
-¿Quién eres? ¿La mujer maravilla?.- Las manos de la rubia alrededor de su cintura provocaron una sonrisa en sus labios y se giró para quedar de frente.
-Para ti creo que sí.- Susurró divertida- Anda ya, debes ponerte guapa para recibir a tus invitados.
-Tengo una mejor idea, ¿Por qué no cancelamos la fiesta, llevamos a los niños con tus padres y nos encerramos en nuestra habitación?.- Lisa movió sus cejas viéndola con picardía mientras acercaba su rostro al de la morena de forma tentadora- Así puedes darme mi regalo de cumpleaños.
-Me parece que eso no será posible.- Jennie se alejó de ella haciéndola gruñir otra vez- Vamos, ¿Qué no estás entusiasmada? iEs tu cumpleaños amor!
-Estoy cumpliendo cuarenta, eso no es algo que quiero celebrar.
-Pero por favor.- Aquí vienen los halagos, pensó la neurocirujana- Sigues luciendo igual que hace cinco años. De hecho estás cada vez más sexy.
-No es verdad? Sigo igual de encantadora.- Extendió sus brazos dando una vuelta sacando una carcajada a la castaña.
-Ve a cambiarte encantadora. Te esperaremos abajo.
Con una última sonrisa, la morena dejó la habitación del menor de sus hijos dejando a Lisa sola sonriendo como boba.
-i La oferta sigue en pie!
-i Ni lo sueñes Manoban!
La ojiverde se apresuró a seguir las instrucciones de su esposa. Su esposa.
Habían pasado tres años desde que tomaron la decisión de casarse, más bien, desde que Jennie se lo propuso justo después de anunciarle que estaba embarazada durante sus vacaciones familiares. Las mejores vacaciones familiares que había tenido en mucho tiempo, pues habían estado llenas de noticias y emociones. Luego de que Piper y Noah continuaran junto a ellas por decisión del jurado, ella había decidido descuidar un poco su trabajo para canalizar todo ese tiempo a su familia. Y vaya que había dado buenos resultados.
