Capítulo VI

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Yoongi se despertó agitado, cubierto de sudor y con el cuerpo lleno de nauseas.

Tuvo una asquerosa pesadilla con uno de sus anteriores dueños.
Normalmente ser usado con el fin de darle hijos a una pareja adinerada era molesto, pero poco más.

Permanecía vestido, con el o la omega de la relación ajena sentada a un lado de la cama mientras su esposo lo penetraba sin verlo y sin tocarlo más que lo justo y necesario.

No tenía demasiado contacto con los alfas fuera de aquellos momentos. Por lo general se quedaba en la casa con los omegas y betas que trabajaban ahí.

Pero con ese alfa todo había sido diferente.

Era un matrimonio arreglado, donde al omega no le importaba lo que hiciese su pareja, por lo que nunca estuvo en los intentos de fecundación de Yoongi.

Fue la primera y única vez donde estuvo con un alfa que disfrutó realmente de follarlo y le provocó un miedo y un asco impresionante.

Al tipo no le importó como él se sintió cuando lo puso de gatas o cuando lo azotó. No le importó que él disfrutara, solo era él y su propio placer.

Fue la primera vez en años que lloró después de una sesión de fecundación.
Se encerró en el baño, se duchó y talló su cuerpo hasta que le salió sangre de su fina piel.

Recuerda haber metido sus dedos en su entrada para intentar limpiar el semen de aquél alfa pero lo sintió dentro de él por semanas.

Y ahora estaba ahí, en el suelo del baño esperando que la tina se llene de agua para poder quitarse la horrible sensación que invadió su cuerpo junto a las nauseas.

-Lo menos que puedes hacer por él, es dejar que te folle.

Ahora esas palabras comenzaban a pesar cada vez más en su mente.

No quería entregarse a su nuevo alfa si corría el riesgo de que fuese como ese otro que tan mal le hizo.

Jungkook parecía un buen alfa y se había comportado muy bien con él, pero tenía miedo de darle pase a algo con lo que no podía lidiar.

No sabía que tanto podía confiar en él. No importaba que fuese un príncipe en un sentido literal y metafórico, seguía siendo un alfa.

Se adentró a la tina, dejando que el agua tibia cubra su cuerpo al igual que las suaves burbujas del jabón.

Acarició su cuerpo para que la sensación incómoda se fuese, pero se detuvo cuando su mano se posó sobre la cicatriz en su vientre.

Cerró los ojos y recordó a su madre. Gritando, llorando y pataleando mientras los soldados de Noxus la arrastraban lejos de su cuerpo ensangrentado.

Su padre estaba muerto a su lado y él no podía moverse cuando uno de los soldados presionó su herida sin expresión en el rostro.

Soltó un suspiro y adentró su cabeza al agua, cerrando los ojos para intentar relajarse, pero las imágenes de ese horrible día aparecieron en su mente una tras otra.

El aire le faltó y salió de la tina agitado, escupiendo agua y con los ojos rojos por el jabón en estos.

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Eran las cuatro de la madrugada cuando notó que no podría volver a conciliar el sueño.

Recorrió el palacio sin saber que hacer. Ya se había vestido, peinado y aseado. No tenía nada más por hacer hasta que sea la hora del desayuno.

Saga Ωmega | KookGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora