Saga Ωmega | KookGi |

Capítulo XVI

Jungkook estaba al borde de la demencia.

El trabajo como rey era lo mismo que hacía como príncipe pero cien veces más por día. Más contacto con el pueblo, más sonrisas y más tolerar los abucheos de la gente que no estaba de acuerdo con su reinado.

Por suerte, cada día eran menos los fanáticos de Jimin que amenazaban con cortarle la cabeza al supuesto rey cobarde, como le decían a Jungkook en las calles antes de asumir el trono.

Su padre creía que era gracias a la postura firme que tomó en su coronación sobre Yoongi, ya que el pueblo de Noxus buscaba un rey duro y sin piedad, rasgos que no se ajustaban a Jungkook antes de conocer a Yoongi.
Sus ganas de proteger a su omega y a su cachorro habían sacado un lado de él que había estado evitando y reprimiendo para no parecerse a su padre, pero parece ser que Noxus realmente quería un rey cruel y despiadado.

-Supongo que tratarlos como basura sin opinión no está mal si realmente me preocupo por ellos- dijo Jungkook en el carruaje mientras regresaba al palacio con su hermano.

-Suenas a papá- rió Jimin ante el rostro molesto de su hermano. -¿Tú crees que papá es un asco de persona por gusto?

-No quiero hablar de eso ahora, Jimin- gruñó desabotonando los primeros ojales de su camisa.

-Se nota que te falta follar- rió su hermano haciéndolo rodar los ojos. -Te ha mal acostumbrado- siguió divertido. -Habías pasado diez años sin sexo y ahora que llevas dos semanas ya se te caen mechones de cabello del estrés.

-Yoongi es...- murmuró desviando la mirada a la ventana. -muy activo sexualmente.

-Claro, échale la culpa a él- soltó haciendo a su hermano gruñir. -¿Son los dos meses hasta el parto?

-Y el tiempo de recuperación- suspiró mordiendo su mejilla interior. -Puede ser dos semanas o tres meses más dependiendo de qué tan herido esté.

-¿Tienes miedo de que Yoongi muera?- preguntó viendo a su hermano de reojo con un nuevo porte serio.

-No- respondió seco. -Ya lo pactamos, si hay que elegir, él vivirá.

-Claro, pero...- Jimin titubeó unos minutos hasta guardar silencio por completo y no finalizar su oración.

-¿"Pero" qué?- soltó el mayor al verlo desviar la mirada.

-Hablaron eso antes de que el lobo de Yoongi tenga voz- dijo dudoso. -¿No crees que ahora que sus instintos están más presentes, podría pasarla fatal si escoges salvarlo a él y no a su cachorro?

-No perderé a Yoongi, Jimin- gruñó con sus ojos brillando en plateado.

El menor hizo una mueca con pena al ver su reacción tan veloz y asintió dudoso, sabiendo que no tendría sentido decirle a su hermano que, si Yoongi perdiera al bebé ahora que su lobo estaba tan expuesto, caería en una depresión que seguramente derivara en la muerte del omega.

Sería mejor que lo hable directamente con Yoongi.

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Yoongi vio a Jungkook corriendo por el pasillo desde su oficina a las escaleras para cruzar al otro lado del palacio y llegar a la oficina de su padre.

Él estaba estresado de solo verlo, no podía ni siquiera imaginar cómo estaba Jungkook con todo su nuevo trabajo y la falta de sexo.

A Yoongi se le había hecho costumbre ir en una pequeña escapada entre sus clases y su terapia a ver su alfa, quitando su rostro del papeleo para poder hacer el amor aunque fuese algo rápido y poco sensual.