Saga Ωmega | KookGi |

Especial II

La historia de los Min y los Jeon
Segunda generación

Jaehyun tenía diez años cuando la conoció.

Jisoo era la hija de uno de los miembros de la alta comisión. Era linda, gentil y muy inteligente. Jeon quedó enamorado de ella desde que la vio por primera vez.

Durante su adolescencia, se unieron tanto que comenzaron a tener una relación a escondidas. A Junseo no le gustaría nada que su hijo salga con una omega, pero no podían impedir que se enamoraran así que se mantuvieron fingiendo amistad ante los ojos de sus padres.

-Jae- llamó divertida entre las flores del jardín real.

El alfa rio y la tomó de debajo de los brazos para sacarla de ahí, haciéndola reír al tocar el suelo con los pies descalzos.
La abrazó por la cintura y dejó un rápido beso en sus labios, haciendo que las manos de Jisoo se posen en su nuca.

-Hueles a rosas- susurró Jaehyun abrazándola con firmeza. -Pero ninguna rosa es tan linda como tú.

Jisoo rio y lo empujó al césped, dejándose caer a su lado y usando el brazo ajeno como almohada para poder ver el celeste cielo de Noxus.

-Que poco femenina eres- rio el alfa.

-Así me amas- susurró viéndolo a los ojos.

Jaehyun asintió lentamente y volvió a besar sus suaves labios, pero ambos jóvenes adolescentes se separaron apresuradamente cuando la puerta del jardín se abrió.
Se pusieron de pie cuando una de las empleadas se acercó a ellos a paso apresurado.

-El rey ha solicitado que escolten a la señorita Jisoo a su residencia- dijo la beta haciendo una reverencia.

-¿Por qué?- preguntó Jaehyun molesto, frunciendo el ceño ante el pedido de su padre.

-Deja, Jae- dijo la joven sacudiendo su vestido para quitarse las hojas de los pliegues. -Nos veremos mañana en clases.

El alfa asintió apenado y acompañó a las dos mujeres al interior del palacio, pero, tan pronto como cruzaron la puerta, los gritos y el sonido de las cosas rompiéndose azotaron sus oídos.

-Lo siento mucho- susurró Jaehyun acompañando a la omega a la puerta de salida.

-Está bien- asintió ella deteniéndose en la puerta, sabiendo de antemano como era la vida familiar de los Jeon. -Sé que la alta comisión le trae muchos problemas a tu padre- aclaró tomando su mano entre las suyas. -Resiste.

Jaehyun asintió regalándole una suave sonrisa antes de verla partir, subiendo a un carruaje y dejando que uno de los betas la escolte a su casa.

El alfa soltó un suspiro y se dirigió a su ala de la casa, intentando dejar de oír los gritos de su padre y las respuestas molestas de su madre.

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Junseo nunca quiso a Hana. Su hijo lo sabía. Era un matrimonio completamente arreglado por conveniencia.

Normalmente los Jeon podían escoger la beta con la que quisiesen casarse sin problema alguno, pero Junseo pasó su vida declarando que no quería casarse ni a ninguna mujer. La alta comisión acabó casándolo con Hana a la edad de veintisiete años en completa contra de su voluntad pese a ya se rey.

Jaehyun no quería seguir sus pasos. No quería un matrimonio sin amor y, mucho menos, un matrimonio con odio como el de sus padres. Amaba a Jisoo y sabía que quería vivir su vida junto a ella, pero su padre había dejado un antecedente difícil de debatir.