Aun no salía el sol cuando Jungkook estaba desayunando con las ojeras marcadas y expresión de pocos amigos.
Cada segundo faltaba menos para su celo y los molestos sueños con el único omega del palacio se hacían cada vez más intensos y repetitivos.
Todo él intentaba mantener la calma, pero su lobo tomaba el control cada vez más y no podía simplemente callarle; debía mantenerlo a raya cuando el celo se haga presente, no ahora. Sin embrago, era el tercer día seguido que se levantaba a la madrugada con el cuerpo hecho un manojo de calor y excitación a causa de esa simple palabra.
Alfa.
No podía decirle a Yoongi que deje de llamarlo así. Sabía que al omega se le dificultaba horrores llamarlo por su nombre y, si le decía aquello, acabaría haciendo que lo llamase señor Jeon o algo por el estilo.
Definitivamente no era buen plan alejarlo más y hacerlo sentir menos de lo que era. Jungkook lo veía como un igual, razón por la cual su padre nunca creyó que dejar su trono en las manos de su hijo mayor era buena idea.
Si no sabía alzar la cabeza ante los pueblerinos, su autoridad acabaría viéndose sometida en meses.
Jungkook no quería verse a sí mismo como un cuasi dios, pero si había pasado años luchando por tratar aunque sea a los empleados con el mínimo distanciamiento que debía tener la realeza.Su modelo a seguir en ese aspecto siempre fue su madre. Jisoo era amable y respetuosa con todo Noxus, pero aun así era distante y respetada, cosa que él nunca había podido ser.
De niños, una vez, un niño hijo de los altos rangos de la alta comisión lo había empujado e insultado. Como si no fuese el príncipe heredero de Noxus.
Jimin lo había defendido y se lo había llevado a rastras con sus padres mientras el niño lloraba con las rodillas raspadas y el trasero lleno de barro. Antes de llegar con sus padres, Jimin limpió las lágrimas de sus mejillas para que sus padres no destierren a la familia del niño y soltó unas palabras que calaron hasta lo más profundo de sus huesos.-Pasarías perfectamente como omega.
Jungkook sabía que el niño de tan corta edad no había dicho aquello con ánimos de ofensa. Si había conocido a una persona que se haya visto toda su vida tan fascinado y embelesado por los y las omegas, era su hermano menor.
Sin embargo, sabía que su padre no dejaría su reino en manos de un hombre que podría verse sin problemas como la casta débil de la sociedad. No su padre.
A lo largo de sus estudios, siempre se vio interesado en la comparación entre Noxus y Demacia. No había que ser un experto de la historia de Runaterra para notar que eran dos reinos completamente diferentes.
Por un lado, Noxus era tierra de conquista, de guerreros, de sangre en manos y cuerpos bajo tierra, pero era innegable que cada muerte le había sumado territorio al reino y, con ello, recursos naturales para mantener a flote la economía del lugar.
Por el otro, Demacia se había consolidado hace cientos de años como el primer reino completamente matriarcal. Estaba rodeado por murallas y sus habitantes vivían en una perfecta armonía cerrada. Era pequeño en comparación y te bastaban unas semanas para recorrer los sitios importantes del lugar, pero la última vez que Demacia tuvo una guerra, se retiró sin vergüenza para salvar a su gente.Jungkook admiraba a las reinas de Demacia. Anhelaba esa capacidad de poder priorizar la vida y la paz ante cualquier otra cosa, pero sabía que él nunca podía ser así.
Noxus tiene una lista negra de enemigos que esperan un momento de debilidad para atacar y cobrar venganza, y todos sabían que ese momento sería la coronación de Jungkook.El alfa admitiría solo sobre su propio cadáver que prefería dejar Noxus en manos de su hermano, pero ya había hablado con él hace años sobre que los primeros meses de su reinado, Jimin no se alejaría de él en ningún momento.
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Saga Ωmega | KookGi |
FanfictionYoongi siempre tuvo algo en su interior que estuvo roto y, no importa cuanta gente pasase por él, no podía repararlo. Estaba listo para acabar con todo y dejar de luchar cuando su último desafío resultó ser su salvación... Contiene: Broken Ωmega ...