Saga Ωmega | KookGi |

Capítulo VII

Jungkook caminaba por la habitación de lado a lado mientras Yoongi acariciaba su vientre en silencio sin alzar la mirada de sus rosados nudillos pasando por su panza.

-No puedo creer que realmente lo estés considerando- dijo Jungkook en un susurro.

-Alfa, si tu padre tiene razón, acabarán matándonos a todos- respondió sin expresión en su rostro.

-Si es un alfa, lo habremos perdido en vano- dijo severo. -A demás, podríamos seguir teniendo hijos si resulta omega.

Yoongi hizo una mueca cuando lo vio sonreír con nerviosismo. Se acercó a él, acomodándose de rodillas frente a él, llevando sus manos a sus muslos y acariciándolos por sobre la ropa con las manos temblorosas.

-Alguno será alfa- dijo con un hilo de voz.

-No quiero otro hijo- sentenció el menor sin titubear. -Ni siquiera sé si quiero este.

El silencio inundó el cuarto. Jungkook se puso de pie sintiendo como su cuerpo temblaba y los sentimientos se mezclaban en su cuerpo provocándole un intenso dolor en el pecho.

Min lo miró sin mostrar expresión alguna. Su corazón dolía de ver a su alfa triste, de haber pronunciado esas palabras en voz alta, de ignorar por completo a su lobo, pero no podía mostrarle a Jungkook lo que pasaba en su interior.
Interrumpir el embarazo era la idea más lógica, más segura para todos, y si comenzaban a dejar que sus sentimientos interfieran con el destino del reino, acabarían horriblemente mal.

Iba a decir algo, pero Jungkook simplemente salió de la habitación en silencio, cerrando la puerta con cuidado tras él y dejando a Yoongi solo, oyendo a su lobo aullar y sintiendo como el nudo en su garganta subía hasta hacer su llanto inevitable.

Bajó la mirada a su vientre, frunciendo el ceño y soltando un gruñido gutural que se agravó al sentir la inmensa tristeza de su alfa por la marca en su cuello.

-Lo arruinaste todo- jadeó entre llanto viendo a su vientre hinchado.

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Jimin vio de reojo desde su cuarto con la puerta entreabierta como Jungkook atravesó el pasillo con pasos furiosos y lágrimas en sus ojos.
Temiendo lo peor, se dirigió al cuarto de su hermano y de su omega y entró sin tocar, encontrando a Yoongi de rodillas en el suelo apretando sus brazos contra su panza.

Asustado y preocupado, corrió al omega, logrando ver las lágrimas que corrían por sus mejillas y los ojos dorados brillando en la poca iluminada habitación.

-Duele- fue lo único que dijo Min antes de lanzarse a sus brazos.

Jimin, sin saber qué hacer, abrazó al omega, apoyando su espalda en la cama al sentarse en el suelo, dejando que el menor se acurruque en su pecho, mojando su ropa y arrugando su camisa por sus puños firmes en la prenda.

-Respira- susurró acariciando su espalda. -Todo estará bien.

-Nada estará bien- jadeó entre espasmos de llanto. -No quiero más hijos, Jungkook no quiere tener sexo con una beta y lo más probable es que este niño sea un omega.

Jimin mordió su labio inferior, acariciando al menor sin saber cómo ayudar, que hacer al respecto o cómo actuar sin espantar al omega.

-Gi, tranquilo- susurró con la voz baja. -No quiero decirte que hacer, pero hay tiempo para solucionar esto.

Min se separó de él con el rostro cubierto de lágrimas y con la mirada llena de dolor.

-¿Tu que propones?- bufó apoyando su frente en el pecho ajeno, relajando su semblante y calmando sus espasmos con el aroma a pino de Jimin.