Saga Ωmega | KookGi |

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Resumen cronológico:

Noxus, un reino guerrero, un patriarcado alfista y de sangre pura, era temido y reconocido por sus alianzas y conquistas.

Por un lado, habían tomado tierras de Shurima y pequeños pueblos independientes a las afueras de su territorio.
Por otro, habían firmado dos alianzas estratégicas. Con Piltover habían acordado la paz a cambio de importación de armas bélicas de alta tecnología y con Demacia habían establecido un tratado de paz a cambio de que este reino no expanda sus tierras.

Pero una vez, unos ciudadanos de la Shurima conquistada, intentando huir del reinado de Noxus, llegaron a un lugar del que nadie sabía.
Los soldados que perseguían a estos fugitivos, le informaron al rey de este pequeño reino a la orilla del mar.

Targon.

Era un pequeño pueblo, con poco territorio y pocos habitantes. La familia real era una linea de omegas dominantes que se había instaurado como monarquía a base del trato cercano y parejo con los ciudadanos.

Sin embargo, nadie había sido testigo de la vida en Targon hasta entonces, ya que estaban rodeados de altas montañas nevadas.

El rumor del pueblo idílico que escapó de las garras de Noxus, se expandió por toda Runaterra y llegó a los oídos del rey Jeon.

No podía pasar esto por alto. Los rumores entre ciudadanos de alta clase en Noxus ya eran malos, pero que se expandan entre la clase baja o los pueblos conquistados, implicaba un riesgo abismal para su reinado.

Debía fomeantar el miedo. Que nadie se atreva a pensar en huir de su mandato o en destituirlo de este.

Envió soldados a una investigación a aquellas tierras heladas y, al regresar, le trajeron increíbles noticias.
No solo la seguridad era deplorable, sino que la familia real contaban con un gen único.

Una capacidad de sanación veloz y una cicatrización tan buena que ninguno de los miembros de la familia real había tenido que asistir a un medico en décadas.

El rey de Noxus, hastiado de los rumores de su debilidad frente al pequeño pueblo, encabezó una invasión, donde raptaron a toda la familia real.

Los Min fueron llevados a Noxus en contra de su voluntad para ser comercializados entre la alta clase.

Mostrar a la familia real del pueblo rebelde como propiedad, mantuvo las bocas calladas y a los ciudadanos sumisos antes la mirada fría del rey que no temía cubrir sus manos de sangre para mantener a Noxus en el lugar que estaba.

Los omegas y las mujeres fueron entregadas a la alta comisión del reino, siendo vendidas y revendidas tras darles hijos con la esperanza de que heredaran el gen Min.

Los betas hombres fueron abandonados en Shurima porque no podían gestar, pero ninguno de ellos sobrevivió a las altas temperaturas de los días en el desierto y fallecieron intentando regresar a su hogar en Targon.

Sin embargo, una valiente mujer, logró huir.

Suplicando ayuda a una familia de la Shurima conquistada, logró que la embarcaran hacia Jonia, una de las islas que no representaba un interés para el rey de Noxus.

Estaba preñada, esperando a su hija, y no dejaría que ella crezca en una jaula, en el mejor caso.

Llegó a Jonia, se quitó cada cabello blanco de su cabeza para que no la reconocieran como Min y vivió en las calles hasta que una mujer le dió un techo.

Vivió con ella, criando a su hija, hasta el momento de su muerte.
Pero su linaje no acabó allí, porque, aunque los Min se habían ido apagando en Noxus, su hija fue capaz de hallar el amor en Jonia.

Dio a luz a un pequeño omega que creció feliz y libre aunque no tuviesen las mejores condiciones de vida.

Pero un día, alguien sentenció su muerte con un rumor inocente.

"Parece uno de la familia de Targon ¿No crees?"  Fue la primera frase que acabó por volverse una ola de palabras que rompió su libertad.

Los barcos de Noxus invadieron Jonia ese mismo mes.
Entre fuego y gritos, separaron a la familia, matando al hombre, reptando a la mujer y dejando en el hospital al niño de tan solo diez años.

El niño creció y acabó siendo el último Min que quedaba con vida.
A sus quince años comenzó a ser vendido de alfa en alfa con la esperanza de quedar en cinta y revivir su linaje; Pero, no importaba cuantas veces lo hicieran, nunca lo lograba.

El rumor de que el único Min era estéril se había empezado a propagar entre susurros y miradas de reojo.

El actual rey no podía permitir eso. Si se enteraban de que todo lo que hizo su padre había sido en vano, una rebelión iniciaría desde las calles más pobres.

Obligó a su hijo a comprar al omega.

El príncipe no estaba de acuerdo. Jamás lo estuvo, pero ser él mismo quien pagara por una persona tan rota y maltratada, era demasiado para él.

Pese a eso, no tuvo más opcion que llevar a cabo la formalidad para salvar al omega de una muerte asegurada.

En ese momento, el príncipe Jeon Jungkook conoció a Min Yoongi.

Ninguno de los dos había esperado que fuesen a enamorarse, que eran predestinados o que estarían por casarse. Pero, lo que más sorprendió a ambos, con el correr de los meses, fue que estaban esperando un bebé.

Pero, la alegría que cargaban por aquella bendición, no quitaba los enormes problemas con los que cargarían.

Noxus no podía tener un heredero omega y la inmensa posibilidad que representaba el tener un hijo con Yoongi, era motivo de disputa.

Sin embargo, Jungkook estaba dispuesto a dar su vida con tal de que su hijo y su futuro esposo sean felices.

Y nada ni nadie lo impediría.