Capítulo 2: Desconocido.

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POV SAM:

Manhattan.

Conocido como el corazón de la gran manzana.

Uno de los centros culturales, financieros y comerciales más importantes del mundo, y lugar en donde se encontraba ubicada una de las discotecas más grandes que había pisado hasta los momentos.

Danna, Gin, Mar, Bratt y yo nos abrimos paso dentro del mar de adultos jóvenes que bailaban y bebían dentro del establecimiento, siendo ésta una de las "Fiestas privadas" más asistidas y de alto lujo realizadas por la noche.

La música electrónica, luces incandescentes y el aroma de la nicotina me revolvían los sentidos, aumentándome la adrenalina e incentivándome a tomar la mano de mi amigo el rubio con todas las ganas de ir a bailar.

—¡Iré a por unas bebidas! —Nos informa Danna, llevándose de compañía a Georgina que mueve la cabeza al ritmo de la música electrónica que resuena.

Mariano en cambio se dirige a la zona en donde yacen los sofás y mesas,  con el objetivo de apartar de una vez por todas una para nuestro grupo.

—¿Emocionada, eh? —Bratt comenta sonriente en mi oído, y yo asiento al mismo tiempo en que una de las melodías de David Guetta me estremece el cuerpo.

Bailando durante al menos unas dos canciones con el chico me lo disfruto, encontrándonos una vez más a nuestras amigas que se vienen con una bandeja repleta  de tragos en las manos.

—¡Primera ronda! —Danna celebra, y cada uno de los involucrados toma uno para llevárselo directo a la boca.

Tres rondas más nos ponen a todos en tono. Alzando ambos brazos y moviendo el esqueleto al compás de las movidas canciones.

La blusa blanca de tirantes y escote corazón que llevo encima se me ve de infarto junto a la falda negra de cuerina que escogí, luciendo bastante sexy y curvilínea junto con mis altísimos tacones.

Una nueva ronda de trago no se hace esperar, y mezclando el efecto del alcohol con las luces intermitentes de distintos colores hace que todo sea muchísimo más divertido.

La vena fiestera en mi cuerpo late desbocada, y las carcajadas salen tan libres y flojas que cierro los ojos privada de la fuerte emoción de lo que vendría siendo la euforia.

Danna baila lo que parece ser sola en medio de todos, y Gina junto con Mar se besan apasionadamente a tan sólo medio metro de distancia.

A Bratt también los tragos le han empezado a afectar, percibiendo como sus manos bajan escurridizas al inicio de mis nalgas, sujetándome contra su cuerpo con aprehensión.

—Eres tan preciosa... —La punta de su nariz roza mi mejilla, y yo cierro los ojos poseída por el lívido.

Además...

¡Miren ese rostro!

Toda una tentación para cualquier mujer con buena vista y grandioso gusto...

El recuerdo de nuestro último verano follando como dementes se me viene a la cabeza, derritiéndome
el centro y subiéndole dos rayas a mi escala de calentura.

El rubio sin dudas no lo hacía nada mal. De hecho, entraba muy perfectamente a mi top cinco de mejores folladas.

Siendo el número dos, justo luego de...

—¡¿Están oyendo lo que yo oigo?! —Georgina empieza a gritar como perra desatada, apuntando en mi dirección con ambos ojos abiertos —¡Es tu jodida canción!

Sin poderlo evitar blanqueo los ojos, consciente de la estúpida broma por parte de Danna y Gina me habían impuesto.

Ya que la pelinegra, en uno de los primeros meses en que habíamos empezado a conocer y salir con la parejita, les había comentado exageradamente que yo había sido la mayor reina de las perras en la secundaria, siendo 7 rings de Ariana Grande mi supuesto himno.

Seducida por un Clarck (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora