Capítulo 17: INFIERNO (PARTE I).

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Sabado, noche del evento benéfico de la familia Black.

POV SAM:

11:10 p.m

Mientras uno se aferra a mi brazo el otro se mantiene firme alrededor de mi cintura.

Reinando el peligro, la posesividad y la cruel advertencia de que al primer paso en falso, el infierno se desataría sobre la tierra dejándome a mí en medio de dos de los hombres más territoriales del mundo.

—¿Y tú quién mierda eres? — El rubio escupe fuego por los ojos. Generando el latigazo mental que me endereza la espalda.

—Eso te pregunto yo a tí —Le contesta el pelinegro. Sin titubeos o vestigios de miedo alguno.

Un semi-círculo de personas nos rodean expectantes ante el posible escándalo. Gobernando la intriga, el pánico y la fuerte necesidad de demostrar quién de los dos ahora mismo es el que manda.

No siendo simplemente del tipo de hombres comunes y corriente.  No. Sino que además eran Damen Clarck contra Aaron Black los actuales protagonistas del jodido espectáculo.

¡Por la puta mierda!

Protesto cuando el que llevo a mi lado no se despega ni por un segundo, incitando al otro a cometer una maldita locura.

◇◇◇◇

Días antes...

POV DAMEN:

Domingo, 15 de febrero.

08:05 a.m.

—Buenos días, señor Clarck. La reunión que tenía pautada para dentro de quince minutos ya ha sido organizada al pie de la letra.

Asiento en dirección a la secretaria que yace sentada frente al escritorio a las afueras de mi oficina, encerrándome segundos después dentro del espacioso despacho —anteriormente de mi padre— con un centenar de pendientes y ocupaciones circulando por mi cabeza.

En breve pensaba sentarme a discutir ciertos negocios que favorecerían a mi empresa si los resultados eran obtenidos como tanto lo planeo.

Por dicho motivo, termino de ajustar ciertos detalles al pendiente, realizando una que otra llamada para asegurarme por mí mismo que todo estaba tal cual lo tenía establecido.

—Más te vale tenerme lo que te ordeno más tardar a las siete de la mañana porque te juro que de lo contrario te dejo barriendo pisos —Le advierto a uno de mis empleados al otro lado de la línea, percibiendo posteriormente el sonido de las puertas de mi reservado ser abiertas con violencia y alboroto, todo lo contrario a lo que siempre exijo.

—¡¿Pero qué demonios, Isa?! —frunzo el ceño cuando la rubia de metro setenta se encamina por el centro del espacio airada, luciendo su cabello más rubio y brillante que nunca, vestida de negro y con tancones altísimos.

—¡Pero sí que te que te luce la oficina! ¿eh? —La hermana menor de mi padre se retira un par de gafas oscuras de los ojos, ubicandolos sobre su cabeza con ensayado estilo.

Elisabeth Clarck.

Mujer que fué nuestra representante legal durante varios años, y el último lazo familiar y sanguíneo que nos queda a mí y a mis hermanos.

—Me vas a explicar ahora mismo a qué cojones vienes, pero sobre todo, la razón por la que te adentras en mi oficina como si fueses un jodido perro por su casa.

—Deja ya la amargura, cariño. Un poco más enojado y serías la copia exacta de tu padre Elijah —adentra sus dedos en mi cabellera, destilando cursilería hasta por los poros.

Seducida por un Clarck (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora