Seducida por un Clarck (II)

Capítulo 29: En medio de las llamas.

POV DAMEN :

Sus jadeos son eróticas melodías para mis oídos, incentivando la ferocidad con la que la beso. Con ambas manos la sujeto por las mejillas, saboreando la suavidad de sus seductores labios.

Bum, Bum, Bum.

Mi corazón galopa salvajemente contra mi pecho, relantizando los sucesos que se llevan a cabo a mi alrededor.

Bum, Bum, Bum, Bum.

Con los límites bien al fondo de mi cerebro la apego con rudeza a mi pecho, con esta nueva y latente necesidad de no apartarme ni un centímetro de su cuerpo.

La piel me hierve, su aroma cada vez más me está enloqueciendo y esta agobiante sensación de satisfacción y frenesí al poder besarla me nubla por completo el raciocinio.

—Joder, D-Damen... —la voz le sale en un frágil murmullo, desviando los besos y mordidas con voracidad hacia la curva de su cuello —Esto no está bien... —jadea con ambos ojos entrecerrados —¿Qué s-se supone que esta-amos haciendo?

—Ya cierra la boca y déjate llevar, maldita sea —bramo con la lujuria tiñendo una a una mis palabras, observando seguidamente sus labios rojos hinchados, y su melena ondulada toda despeinada —Mierda, Sam...—gruño al distinguirla jodidamente hermosa.

Excitada.

Vulnerable y...

Peligrosamente perfecta.

El corazón no para de latirme dentro del pecho con rudeza, siendo todo este alboroto de sensaciones nuevo para mi e inequívocamente de cuidado dentro de mi cabeza.

Algo no iba bien.

Más sin embargo tenerla de este modo se sentía jodidamente delicioso.

Así pues, mandando al demonio todo tipo de alerta que hiciera ruido en mi mente la arrincono contra la pared de al frente, tanteando con mi mano derecha la curva de su acentuada cintura.

—Mírame bien, joder —tomando un puñado de su cabello la obligo a mirarme directo a los ojos, situándonos nariz con nariz y pecho contra pecho.

Pupilas dilatadas y respiraciones afectadas.

Samantha White me mira con la ira, deseo y algo más deambulando en sus aceitunados orbes. 

—Que no te queden dudas de todo lo que ahora mismo sientes —jadeo mientras con una mano le aprieto el trasero —.Grábate bien mis ojos dentro de tu cabeza, porque aunque digas y asegures que te miento con mis acciones, lo que ellos te expresen siempre que te miro es de todo menos una puta mentira.

—¿A qué te refieres? —susurra con el ceño fruncido —No pretendas que...

Estoy a punto de explicarle algo que ni yo mismo entiendo hasta que el flash de la cámara de la cabina frente a nosotros nos ciega por un par de instantes, arruinando el momento al interrumpirnos de inmediato.

—¡Ay, rayos! Parece que ya había alguien adentro —la persona que peor me puede caer en esta vida hace a un lado la cortina que segundos antes nos escondía a Samantha y a mi, dejando frente a nosotros a las dos hermanas de mi acompañante con los ojos abiertos de par en par y a mi sobrina de nueve años en medio de ellas completamente boquiabierta.

—¿Pero qué...? —Sky White palidece al ver a su hermana mayor con sus brazos por encima de su cabeza, al segundo en que la otra mujer le cubre los ojos a Khloe y dice:

—¡¿Sam?!

—¡¿El tío Damen y la tía Sam son novios?! —salta sobre sus pies la pequeña pelirroja, siendo su pregunta el interruptor que hace reaccionar a Samantha al alejarse de mi y acomodarse la ropa y el cabello en tiempo récord.