Capítulo 26: Los White al completo.

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POV SAM:

Sus dedos aprietan cada vez más en torno a mi cuello, obstruyendo el canal de oxígeno a tal punto de empezar a distinguir preocupantes puntos negros en mi campo de visión.

—¿Sam?

Como puedo logro quitármelo de encima, gateando bastante sofocada y asustada lo más lejos que puedo de su persona.

Sam...¿Estás bien?

Durante una milésima de segundo tengo la esperanza de poder escaparme. De que quizás el va a recapacitar y de esa forma se dará cuenta de que me está haciendo daño.

—¿A dónde te piensas que vas? Zorra escurridiza —El enojo en su voz es bastante palpable, incrementando el miedo profundo que me paraliza al instante —Te tengo.—ríe de forma maliciosa al sujetarme por el tobillo, dando rienda suelta al par de lágrimas que ruedan lentamente por mi mejilla. 

¡Samantha! —El llamado de la doctora Lane me trae de vuelta a la serena realidad en mi habitación, encontrándome a mi misma con las manos sudadas, el semblante sin pigmento alguno y la piel de mi cuerpo helada como un témpano de hielo—¿A donde fuiste, cariño?

La mujer de treinta y tantos años que me analiza a través de la pantalla de mi portátil cuestiona preocupada, y yo sólo inhalo profundo hasta lograr calmar los frenéticos latidos de mi aterrado corazón.

—Lo siento... —sonrío sumamente avergonzada. Sin noción alguna de por cuánto tiempo estuve ésta vez ausente.

—No te preocupes —Su bonita sonrisa me relaja al instante, llevándome a sentir bastante cómoda ante su presencia.

La doctora Ava Lane ha sido y continúa siendo sin lugar a dudas la mejor psicóloga que he conocido. Siendo del tipo de mujer que maneja a la perfección la empatía, la paciencia y sobre todo, el profesionalismo.

He sido paciente suya desde hace ya alrededor de ocho años. Siendo la pérdida de mamá lo que llevó a mi padre bastante preocupado a buscarnos ayuda profesional a mis hermanas y a mi, topándose con Ava gracias a la recomendación de uno de sus más confiables compañeros.

Por otra parte, mi relación Doctora-Paciente con la psicóloga no había culminado al ir aprendiendo a sobrellevar la ausencia de mamá mediante avanzaba el tiempo, sino que además al estar atravesando una de las etapas más difíciles de cualquier adolescente, más adelante aquella mujer había tenido que convertirse en uno de mis mayores apoyos durante la denominada fase oscura, como me gustaba llamarla.

Fase en donde la primera grieta dentro de mí había tomado forma, siendo el culpable número uno el bastardo más despreciable del pueblo en aquel entonces.

El villano disfrazado de principe, un vil monstruo oculto tras un hermoso rostro.

Mi ex-novio, Jacob Allen.

Su simple mención aún me causa pesadillas. Los recuerdos otorgados por él me estremecían al completo, y la simple idea de volvermelo a cruzar me causaba pánico y escalofríos.

Y no sólo me había ocurrido con él. Sino además con cualquier ser humano que compartiera el poder de su apellido.

O al menos en su mayoría.

En un principio verdaderamente había pensado que se trataba de un buen chico. Jurando tontamente en mi ingenua cabeza que nos amábamos, autocondenándome a mi misma a la fatídica experiencia a la cual junto a él me había inducido.

Seducida por un Clarck (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora