Capítulo 15: A Ciegas.

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POV DAMEN:

14 de febrero, 2024.

Gotas gruesas de agua fría resbalan desde la cima de mi cabeza hacia el resto de mi cuerpo entero, humedeciendo mis pestañas y empapando cada músculo que me constituye.

El silencio dentro de las duchas es como una suave y pacífica melodía hacia mis oídos, calmando mis malestares y relajando la necesidad de arrancarme la cabeza por el dolor palpitante en mis sienes.

Mucho estrés, presión y frustración era lo que había empezado a acumular desde hace ya dos días, teniendo que encargarme yo mismo de la incompetencia de la persona que habíamos dejado a cargo parcialmente y de forma temporal en la empresa durante mi ausencia y la de mis dos hermanos.

Nada que no pudiese resolverse, por supuesto. Pero aún así, toda una carencia de profesionalidad y responsabilidad que él mismo sabía le iba a costar muy caro.

Clarck's Companies había descendido al puesto número tres en la lista de mejores emprendimientos relacionados al entretenimiento nocturno de Estados Unidos. Lugar que para algunos quizás no estaba nada mal, pero que para mí no era más que una bofetada directa a mi reputación, y al legado de mi apellido.

Tras girar el grifo para cortar la corriente de agua me volteo, corriendo la puerta de cristal hacia un lado para poder tomar la toalla blanca que reposa en una alargada repisa.

Enrollando el pedazo de tela al rededor de mis caderas introduzco los dedos en medio de las hebras rubias de mi cabeza, retirando el exceso de agua que salpica en todas las direcciones mojando el piso.

Siete con cinco minutos era la hora que indicaba el reloj circular posicionado sobre la cuadrada mesa de madera, anunciándome que estaba preciso del tiempo, perfecto para llegar a la hora acordada junto a Eros al nuevo club que acabamos de inaugurar hace tan sólo mes y medio atrás.

Deshaciéndome de la prenda que me cubre las zonas necesarias camino desnudo en dirección al armario, retirando de éste una camisa formal de botones con mangas largas, en color blanco. Un pantalón oscuro más la ropa interior es seleccionada, procediendo a vestirme lentamente y sin prisas hasta quedar perfecto.

Ya frente al espejo me termino de abrochar unos dos botones más de la camisa, dejando los últimos tres sueltos y a la vista un pequeño fragmento de mi pecho al descubierto.

Me encargo de doblar correctamente las mangas sobre mi antebrazo, peinando posteriormente mi cabellera con los dedos.

Un cinturón negro, un saco y un reloj plateado es colocado al igual que el calzado, estando ahora sí listo al culminar con unos cuantos toques de colonia en mi cuello.

Checando la hora una última vez en mi celular decido tomar mis llaves y cartera, abandonando la recámara para encontrarme a Eros y Bastian en el medio de la sala vestidos de forma parecida pero con camisas en colores distintos: rojo y azul marino.

—¿Se supone que también vienes? —me dirijo hacia Bastian, el cual me mira con la boca fruncida y ambos brazos cruzados —No recuerdo haberte invitado.

—Para nada. Sólo quería seducirte con mi sexy apariencia. ¿Acaso no es obvio? —decido pasarle de largo ante su chiste barato, sin esperar a ninguno de los dos al dirigirme hasta el lobby y de ahí al estacionamiento.

El castaño y el pelinegro se adentran cada quien en su respectivo coche, acelerando a toda marcha para poder perderse por las calles conmigo pisándole los talones.

Quince minutos después aparcamos en nuestro espacio privado y exclusivo. Retirándonos de los vehículos para darle la cara a lo que viene siendo nuestra nueva fuente millonaria de ingresos.

Seducida por un Clarck (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora