SALTO EN EL TIEMPO I:

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POV SAM:

Diciembre 20, 2024.

Cierta vibración poco a poco me reanima los sentidos. Un agudo ardor en mi cuero cabelludo me lleva a arrugar el entrecejo adolorida, y sientiendo mi garganta rasposa me remuevo incómoda sobra una alfombrada superficie.

Oscuridad. Es lo que percibo tras pestañear lentamente unas cinco veces. Todo a mi alrededor aún me da vueltas, desorientada intento levantar los brazos pero estos ahora parecieran que me pesarán unos cincuenta kilos.

¿Qué me estaba sucediendo? Gimo exhausta, rozando a mis costados con la finalidad de intentar ubicarme.

¿Estaba acaso con resaca?

¿Salí anoche y no lo recuerdo?

Dios, siento que en cualquier momento voy a desfallecer.

Intentándolo una vez más intento observar el entorno que me rodea, pero lo único que registro es la patente bruma de una densa negrura.

La leve vibración que antes había sentido ahora se me hace más evidente. Y ya cuando porfin pareciera estar un poco más estable pequeños destellos de un par de recuerdos vienen a mi mente, alterando mis nervios.

<< ¡Suéltame, infeliz hij...!>>

<<¡Maldita zorra!>>

<<  Los párpados ya me han empezado a pesar y he perdido lamentablemente la facultad del habla cuando siento perfectamente que me ha cargado. >

Mierda...

El corazón me galopa dentro del tórax, mientras el sofoco de un miedo perturbador ha empezado a causarme claustrofobia.

¿En dónde demonios estoy? Intento estabilizarme, pero el poco espacio que me rodea solo logra que mi ansiedad se dispare.

¡Ayuda!  Quise gritar a todo pulmón, pero un asqueroso trapo me rodea la cabeza para cubrir estratégicamente mi boca, y la fatiga aún haciendo estragos en mi cuerpo me debilitan.

¡Ayuda, por favor! Suplico a la nada desesperada.

Tengo que salir de aquí. Gimo angustiada.

La temperatura a mi alrededor nuevamente ha empezado a aumentar, y con ello, la fastidiosa vibración que me difumina cada vez más los pensamientos.

¿Acaso estoy...?

El derrapar de unos neumáticos responden a cada una de mis sospechas, logrando descubrir entonces que el sitio en donde me ubicaba se trataba del maletero de un vehículo.

Nuevas prguntas se han empezado a formar en mi mente, siendo la más importante de ellas el saber quién demonios me estaba secuestrando, y la peor de todas: ¿Qué carajos tenían planeado hacer conmigo?

—N-o no, ¡Q-ue aldien me ayude! —logro musitar, pero oyéndose a penas como un débil sonido estrangulado.

La imagen de mi familia al enterarse de mi desaparición me dolía en lo más profundo de mi corazón. Molesta y con ganas de acabar con la persona que me estaba haciendo esto.

Seducida por un Clarck (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora