POV SAM:
—¡No lo puedo creer! —sujeto con fuerzas a mi hermana, con una sonrisa tan grande en el rostro que juraría faltaba tan sólo un poco para que alcanzara mis orejas.
—Pues hazlo porque aquí me tienes —Sky murmura entusiasmada, separándose después con suavidad para permitirme detallarla con gusto.
¡La pelirroja se veía esplendorosa!
Con su melena brillante, llamativa, medianamente lisa y ondulada en las puntas e igual de larga hasta llegarle a la altura de sus caderas.
El par de ojos igual de relucientes a un par de gemas preciosas, labios rosados, mejillas sonrojadas y recubiertas por manchitas diminutas la hacían lucir guapísima hasta la muerte.
Y el que mantenga su figura mediante nuevos entrenamientos estrictos debido a su reciente carrera como bailarina le había permitido presumir sus piernas muchísimo más tonificadas, trasero redondo y erguido y ni hablar de la estrechez de su cintura.
La combinación perfecta de la ternura e inocencia con un cuerpo de infarto capaz de poner a cualquier hombre a delirar con las más perversas intenciones.
—¿¡Por qué no me avisaste!? —La empujo ligeramente por el hombro —¡Yo misma te hubiese recogido en el aeropuerto!
—¿Y perderme la cara de sorpresa que pusiste cuando llegué? No, gracias… —Me hace a un lado con bastante confianza, desplazándose por mi departamento como si fuese el suyo.
Aunque en parte lo es, considerando que mi casa siempre sería la suya y viceversa.
Feliz y motivada le pregunto el cómo ha estado, así como también sus actuales amistades, nuestra familia y demás conocidos.
La pelirroja parlotea bastante ensimismada con las respuestas que me ofrece al posar sus maletas en una de las esquinas del recinto, y no es hasta minutos después en que la estudio fijamente que logro caer en cuenta de su extraña y revoltosa vestimenta, notando que uno de sus tacones estaba estropeado, su blusa estaba catastróficamente manchada y ni hablar de su hermoso cabello.
—¿Pero y a ti qué huracán te atrapó, mujer? —Alzo ambas cejas asombrada.
—Se podría decir que el de la pésima suerte.
—¿Tanto así te odia la vida?
—Es lo que yo me pregunto casi que a diario —resopla medio ausente, procediendo a escanear toda la sala con la mirada —¿Y Dannita dónde está? — arruga la nariz con intriga, cambiando drásticamente de humor —¡Le he traído un obsequio!
—De seguro follando con Gray. A estas alturas me pregunto cómo es que no me ha vuelto tía todavía …
—¿Sí sabes que existen los métodos anticonceptivos, no?
—Por supuesto, así como también sé que no son cien por ciento efectivos, lastimosamente —Me dirijo hacia la cocina, sintiendo la garganta fastidiosamente reseca —¿A mí no me trajiste nada?—recuerdo la mención de un presente, y mi lado caprichoso y consentido toma por completo el control.
—¿No te es ya suficiente mi presencia?
—Ya la tuve durante más de veinte años…¡Necesito un respiro!
—Ay pero que perra eres… —Se queja envuelta por la diversión —Stacy es mucho más agradecida…
—Stacy no ha convivido tanto tiempo contigo…
—Eso es absurdo —resopla risueña —.Ahora por desgraciada ya no te daré tu regalo.
—Ya sabía yo que no te habías olvidado de mí —meneo las cejas emocionada —.Ahora dame lo que me corresponde.
—¡Que modales tan espantosos los tuyos!
—Los modales se van al demonio cuando hay cosas gratis de por medio.
—No, no tienes arreglo —bufa resignada —.En fin, cierra los ojos y extiende las manos —ordena con una sonrisa en sus labios.
—No jodas, Sky.
—¡Que los cierres! —Se carcajea.
—Bueno, bueno… —obedezco al pie de la letra lo que me pide —¿No será un vibrador, verdad? ¿O sí? Digo, no me quejaría en lo absoluto… —Ella me manda a callar una vez más mientras la oigo corretear rápidamente por la sala, tropezarse de seguro con la mesa del cetro, maldecir en voz baja adolorida y ya luego llegar a lo que supongo es el sitio en donde conserva el dichoso regalo.
—¿Sigues viva o tengo que llamar a una ambulancia?
—Jaja, muy graciosa…
—Parte de mi encanto —sonrío socarrona.
Segundos después creo que la percibo deteniéndose frente a mí, y casi cuando ya estoy a punto de pedirle que se apresure logro captar una especie de frío y fino material cayendo sobre mis manos, e incitándome instintivamente a abrir los ojos para encontrarme con una delicada y preciosa pulsera de oro; la cual posee un diminuto dije de tres pequeños corazones entrelazados entre sí, con un significado bastante obvio antes mis ojos y el cual me hace tragar saliva bastante cautivada.
—¿¡Qué te parece!? —Los ojos le brillan luciendo un tanto nerviosa, ansiado expectante una respuesta —.Las mandé a realizar aproximadamente hace un mes. Stacy también tiene la suya al igual que yo… —Eleva la muñeca derecha, la cual se mira radiante y llamativa.
—¡Joder está bellísima! —La abrazo enormemente agradecida —¡No me la pienso quitar para nada!
—Más te vale, maldita. Que mira que me han costado una fortuna.
—Nada que de seguro no te puedas costear, señorita exitosa… —Le guiño el ojo mientras me calzo mi nueva adquisición.
—El esfuerzo siempre obtiene sus frutos, supongo —suspira orgullosa hasta sentarse sobre el mueble, y yo la sigo detrás hasta posicionarme a un lado —¡Oh cierto, por poco lo olvido!
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Seducida por un Clarck (II)
Romansa⚠️Libro II de la TRILOGÍA CLARCK⚠️. ..... Un pasado doloroso. Un presente cargado de intensas emociones y... Un futuro peligrosamente incierto. ¿Podrá el pasado superar a un nuevo presente?. Nuevas venganzas, mentiras por descubrir y...¿Cómo no? a...