POV MORGAN
El último mes había transcurrido en calma, lo cual nos permitió concentrarnos plenamente en los exámenes finales. Todos estábamos enfocados en estudiar para aprobar y graduarnos junto con los demás.
Durante este tiempo, nuestro vínculo se había fortalecido significativamente, al igual que la paciencia de Tom, quien nos ayudó a aprender todo un libro en apenas tres semanas. Por primera vez en mucho tiempo, dejamos atrás los problemas que nos acechaban fuera de estas cuatro paredes y simplemente fuimos adolescentes. Nuestra única preocupación era estudiar y superar las pruebas.
Siendo honesta, nunca antes había tenido que preocuparme tanto por las clases.
Lupin y Sirius cumplieron su promesa de no rejuvenecerse de nuevo, lo cual me tranquilizó. También se mantuvieron bastante alejados de mí, y no hemos sabido nada de Dumbledore.
Mi relación con Matheo también había mejorado notablemente. Entre nosotros, todo fluía como cuando nos enamoramos por primera vez. Esa sensación de calma, de estar bien, era algo que había extrañado profundamente.
En ese momento, estaba acomodando mis cosas porque Matheo vendría a pasar un rato conmigo. Ahora que éramos completamente libres, podíamos disfrutar sin preocupaciones.
—Princesa —la voz de Matheo llegó desde la puerta, que se abría lentamente.
—Hola.
—¿Qué tal te fue en la prueba de Lupin?
—Bien. ¿Y a ti?
—Ya logré vencer al boggart —respondió con una gran sonrisa mientras me rodeaba la cintura y me atraía hacia él.
La calidez de su abrazo me envolvió, y antes de que pudiera decir algo más, sus labios comenzaron a recorrer mi cuello con besos suaves. Cerré los ojos, dejando que la sensación me absorbiera. Sus caricias eran delicadas pero intensas, y cada roce hacía que todo lo demás desapareciera.
Matheo me guió hacia la cama mientras nuestras respiraciones se entremezclaban. Pero el momento se interrumpió bruscamente cuando alguien intentó abrir la puerta. Por suerte, habíamos puesto seguro, aunque los intentos por entrar se hicieron cada vez más insistentes.
—Tal vez deberíamos... —empecé a decir, aún con la respiración entrecortada.
—No. Si es importante, nos llamarán. Si no, se irán pronto —me aseguró, volviendo a besarme con intensidad.
Sin embargo, los golpes en la puerta continuaron, esta vez acompañados de una voz autoritaria.
—¡Sabemos que están ahí! —gruñó Tom desde el otro lado.
Solté un suspiro de frustración y maldije en silencio mientras Matheo se separaba de mí a regañadientes. Abrí la puerta y encontré a Draco, Tom, Theo y Regulus con expresiones de preocupación.
—Tenemos un problema —informó Draco, nervioso.
—¿Puede esperar hasta mañana? —pregunté, mirando el reloj—. Es casi medianoche.
—No, no puede esperar —gruñó Tom.
—¿Qué sucede ahora? —pregunté, resignada.
—Sabemos dónde está la daga —anunció Regulus.
Antes de que pudiera procesar lo que había dicho, todos se hicieron a un lado, dejando pasar a Harry.
—Grindelwald se dirige a Gringotts para robar la daga que Dumbledore escondió allí —dijo Harry con urgencia.
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La venganza de los Riddle
Hayran KurguContinuación del plan Riddle #2. Unas horas después del duelo, se corrió la gran noticia "Voldemort había muerto" Pero desafortunadamente de los 8 chicos que iniciaron, solamente se encontraron 5 cuerpos inconscientes. ¿Qué sucederá cuando esos ch...