Cap. 7. Primer Volumen; EN NUESTRO REINO

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     La cafetería 'Salvaje', en el distrito de Ximending, era uno de nuestros lugares de encuentro. A veces, Pequeño Jade, Ratón, Wu Min y yo nos dejábamos mensajes allí a través de notas en trozos de papel, como:

     "En 'Nuevo Nangyang' a las ocho en punto", o "En el segundo piso del 'Bazar de China', en el servicio de catering de 'Wu' a las nueve y media"...

     Eran las cuatro de la tarde y el sol de agosto había asado Taipei hasta abrasarla, me abrí paso hasta el sótano de 'Salvaje', que estaba hasta arriba de gente; todos jóvenes, sentados en grupos de dos o tres, hombro con hombro, vestidos con camisetas de vistosos colores, haciendo que el lugar pareciera un lecho de heliotropos [1]. Una nube blanca del vapor del aire acondicionado flotó a través de la habitación tenuemente iluminada, trayendo consigo el olor casi sofocante del humo del cigarrillo. La música rock sonaba a todo volumen en la máquina de discos. 'The Beatles' resonaban por todo el lugar:

     "Yeah, yeah, yeah" [2]

     Inspeccioné la habitación hasta que vi una mesa con solo una persona sentada en una esquina al lado del aire acondicionado. Me acerqué y pregunté:

     "¿Está libre?". Sobre la mesa había un par de vasos vacíos.

     El chico levantó la vista y sacudió la cabeza. Me quité las gafas de sol y me senté frente a él.

     "Se acaban de marchar". Señaló los vasos vacíos.

     Era un chico de unos catorce o quince años, vestido con un uniforme escolar, desteñido por los innumerables lavados. Su camisa estaba desabrochada y no la llevaba metida en el pantalón, dejando al descubierto su pecho y abdomen. A una de sus hombreras le faltaba un botón y ondeaba en el aire. Estaba sentado de espaldas al aire acondicionado con los pies apoyados en una silla, llevaba sandalias y movía los dedos de los pies al ritmo de la música. Su vaso estaba vacío y la pajita deformada. Tenía un cigarrillo entre los dedos, que se llevó rápidamente a la boca mientras me miraba sentarme y lo chupó furiosamente; obviamente, acababa de aprender a fumar.

     "Los dos tipos que acaban de irse robaron el coche de un estadounidense anoche", me confió muy emocionado.

     "¿Qué tipo de coche?

     - ¡Un mercedes!

     - ¡Guau, un alta gama!

     - Lo llevaron a toda velocidad por la sección cuatro de la carretera Ren'ai [3], donde chocaron contra un poste de teléfono. Así que saltaron del coche y corrieron como locos. ¡Dijeron que el nuevo Mercedes parecía un sapo aplastado!", se rió alegremente.

     La imagen del auto del estadounidense estrellado como un sapo aplastado, también me hizo reír. Reía sin parar mientras mostraba unos grandes dientes blancos sobresaliendo en su cara redonda quemada por el sol. El rapado de su cabeza de no más de dos centímetros y medio, que apenas comenzaba a enroscarse sobre su frente, mostraba que acababa de comenzar las vacaciones escolares de verano. El parche en el bolsillo izquierdo de su pecho decía que era el estudiante número 593 del instituto 'Hengyi'.

     "Están en la pandilla del barrio de Ximending.

     - ¿Y tú eres miembro?" Le pregunté.

     "¡No!" Curvó el labio en una mueca y en un tono totalmente despectivo dijo: "¡No hay nada más asqueroso que esos matones!"

     Pedí un vaso de zumo de granada y tomé un par de sorbos con la pajita tan pronto como llegó. Me di cuenta de que me miraba fijamente mientras daba una calada a su cigarrillo, así que le ofrecí:

HIJOS DEL PECADO (Crystal Boys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora