Cuando le pregunté si realmente tenía un trato con el viejo suspiró y dijo: "Claro, me trata bastante bien, pero no me deja ni respirar. ¡No lo soporto más!..."
El viejo lo estaba presionando para que se mudara con él a los suburbios, pero Pequeño Jade no quería. Se comprometió a pasar tres o cuatro noches a la semana con él. Pequeño Jade era un potro salvaje que el Viejo Zhou no podía domesticar, de ahí la mayoría de sus discusiones.
"Entonces, ¿tienes otra cita esta noche?" Le pregunté.
"Te lo diré, pero tienes que mantenerlo en secreto. Es un chino de ultramar.
- Así que, ahora vas a comprarte un papi extranjero, ¿no?.
- El jefe dice que es un taiwanés que vive en Tokio. Al parecer es realmente increíble. Me voy a encontrar con él en la posada 'Seis Bendiciones' ahora mismo".
Mientras hablaba, iba dando saltos saliendo de la arboleda, pero se volvió para gritarme: "¡Dejo en tus manos lo del Viejo Zhou!"
El bosquecillo estaba plagado de mosquitos. Habían sido suficientes unos pocos minutos para que mis manos y mis brazos estuvieran llenos de picaduras. Mientras salía rascándome, una mano agarró mi hombro por detrás.
"¿Quién...?"
Asustado, me di la vuelta bruscamente para ver quién era. Pude distinguir el rostro de Wu Min, que parecía una hoja blanca de papel flotando en la oscuridad.
"¡Ah, eres tú!, ¿cuándo has salido del hospital?
- Esta tarde". Su voz era débil y temblorosa.
"¡Qué tío más raro, ni siquiera nos avisas!.
- Por eso he venido. Ratón me dijo que estabas aquí con Pequeño Jade".
Miré en dirección al estanque de lotos, pero Wu Min me sujetó por el brazo y suplicando:
"No vayamos allí, por favor. Hay demasiada gente".
Me giré y me dirigí hacia el museo junto a la puerta principal. La luz fluorescente de las farolas le daba un brillo como de cera al rostro de Wu Min, con una espantosa palidez, como si estuviera vacío de sangre. Sus mejillas regordetas, se habían esfumado y sus ojos negros brillantes, estaban hundidos y sin vida.
Cuando se estiró para secarse la frente con el brazo, noté el vendaje alrededor de su muñeca, lo que me recordó a unas esposas blancas. Rememoro el día que le encontramos acostado en la sala de emergencias del Hospital Universitario de Taiwán, con un corte de cinco centímetros de largo en la muñeca izquierda, tan profundo que podía ver sus tendones en medio de la herida ensangrentada que manchaba todo su cuerpo. Como estaba arruinado, el hospital le negó la transfusión. Afortunadamente, Pequeño Jade, Ratón y yo habíamos llegado justo a tiempo para donar quinientos mililitros de sangre cada uno y salvarle la vida. Al vernos, parpadeó pesadamente, nos miró con ojos apagados y se quedó boquiabierto sin poder pronunciar palabra. Pequeño Jade, sin embargo, estaba hecho una furia:
"¡Maldita sea!" le recriminó. "¡La madre que te parió!, ¿por qué no has saltado por la ventana? ¡Hubiera sido más rápido y no tendría que darle mi sangre al señorito!".
El día antes de cortarse las venas, Wu Min vino al parque y dijo en cuanto nos vio:
"Ah Qing, no quiero seguir viviendo".
Como lo dijo riéndose pensamos que estaba bromeando. Así que Pequeño Jade le respondió:
"Está bien, ¡muérete!. Yo quemaré algo de dinero espiritual por ti cuando te vayas".
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HIJOS DEL PECADO (Crystal Boys)
Romance---- La primera novela gay asiática moderna ---- Traducción al español de la novela 孽子 ("Nie Zi"). Más conocida por su nombre inglés, Crystal Boys. Autor; Pai Hsien-Yung (白先勇). Año y lugar de publicación; 1983, Taiwán. Contenido: PRELUDIO: DESTIERRO...