Peter Pettigrew

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Esa mañana Sirius había salido algo tarde por lo que cuando llegó al Gran Comedor aún estaba terminando de arreglar su uniforme pero todo valió la pena al reconocer los rizos castaños que iban un par de pasos adelante, se apresuró un poco y lo tomó del antebrazo, el chico iba leyendo como siempre y levantó la cabeza algo sorprendido, en su rostro se notaba que aún seguía dormido, en su mejilla aún se notaba muy levemente la marca de la almohada, Sirius tuvo que contenerse de manera increíble las ganas de inclinarse y llenarlo de besos.

- Te gustaría comer hoy conmigo? En Gryffindor?

El chico frunció el ceño y Sirius entró en pánico cuando notó que iba a negarle la invitación.

- Estará Lily allí así que no hay de que preocuparse, no saltaré sobre tí - comentó muy sinceramente pero no se preocupó al ver la sonrisa ladina del chico-.

- De acuerdo.

Sirius, aún sin soltarlo, lo guió entre el alumnado hasta la mesa de los leones,  por muchos años que hubiera estado conociendo a Lily, jamás se había sentado en esa mesa, de hecho no recordaba siquiera haberse acercado. Antes de que encontraran un lugar para sentarse, Sirius tomó a Lily del brazo quien estaba a punto de sentarse con las chicas, la pelirroja miró a Remus con el ceño fruncido y él respondió con un encogimiento de hombros pero con una sonrisa divertida, la chica bufó y negó, pero por dentro estaba sonriendo y deseando ver la jugada de Black.

Caminaron solo un poco dónde estaban el resto de los Merodeadores comiendo, había cierta paz allí, en relación al bullicio que había un poco más allá, dejó a Lily junto a James y él se sentó del otro lado con Remus, este quedando frente a la chica.

- Bienvenido a Gryffindor! - anunció Sirius con una voz que haría sentir orgulloso a Dumbledore, los chicos rieron, James y Peter miraron curiosos a Remus-.

- Hey, Remus - llamó James captando la atención del mencionado y la de Black-. Si te sientes secuestrado o amenazado solo avísanos, lo detendremos hasta que llegues a tu habitación.

Remus rió pero Black maldijo a su hermano con la mirada, esa faceta recelosa de Sirius nunca la había conocido y tenía que admitir que le daba miedo esa mirada.

- Gracias James pero no te preocupes, sé unos cuántos hechizos - James le guiñó divertido, Black frunció aún más el ceño-.

- Que haces guiñando, eh? Te gustaría que lo hiciera con Lily?.

- Oh por Merlín! A mí no me metan en esto - exigió la chica para empezar a comer-.

Sirius se volvió hacia Remus, el chico lo miró con auténtica curiosidad y Sirius se sintió desnudo.

- Y desde cuándo lo llamas James? Por qué a mí me llamas Black todavía?

- No es ese tu apellido? James me pidió que lo llamara por su nombre.

- Entonces llámame Sirius - Remus asintió ocultando sus ganas de reír-.

- Eres lamentable - se escuchó el susurro de Peter que era el único que verdaderamente estaba comiendo, Black se volteó con claras intenciones de asesinarlo-.

- Atrévete a decir otra cosa y morirás atorado con ese bollo, todos se pusieron de acuerdo para avergonzarme frente a Remus?

- Oh no amigo, eso no es necesario, tu solito te encargas de eso - Afirmó James y antes de que pudiera amenazar al de lentes, Remus habló-.

- Oye Peter este fin de semana espero que le ganes a Monroe.

Peter sonrojó y le dedicó una sonrisa tímida.

- Como que este fin de semana?

- De qué conoces a Peter?

James y Sirius habían hablado al mismo tiempo, uno mirando a Peter y el otro a Remus.

- Este sábado hay partido de Quiddicht - aclaró James-.

- Estaré allí, juego el domingo - aclaró Peter-. Muchas gracias Remus, ganaré - Remus le sonrió grande a Peter y Sirius sintió ganas de llorar, por qué no le sonreía así a él?-.

Y como si Remus hubiera leído la mente del pelinegro se volteó a mirarlo y podría jurar que estaba a punto de hacer un puchero.

- Peter y yo nos conocemos cerca de un año? - preguntó a Peter quién pálido asintió-. En el club de ajedrez, el año pasado nos tocó y me venció con estúpida sencillez, es realmente bueno.

Aclaró el licántropo para comenzar a comer, Sirius le dedicó una mirada asesina al más bajo quién palideció aún más. Pero rápidamente Sirius se olvidó de él cuándo su Remus le pidió las mermeladas, el resto del desayuno pasó con relativa tranquilidad con un Sirius velando los deseos de Remus.

RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora