Primera impresión

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Lily le había dicho que los horarios de Ravenclaw y Gryffindor casi siempre eran parecidos y que por eso había conocido al chico, siempre coincidían en la biblioteca o en el jardín y este año no era la excepción. Justo antes de sus clases de Transformaciones tenían media hora libre y Ravenclaw igual así que Lily le aseguró que durante ese tiempo él estaría en la biblioteca, ya que estaba cerca del aula.

Así que luego de ver Encantamientos, sin perder tiempo tomó sus cosas y salió corriendo a la biblioteca, ante las miradas atónitas de sus compañeros y  la mirada divertida de Lily.

Quería llegar lo antes posible porque una cosa era saber que estaba en la biblioteca y otra muy distinta era saber dónde en la extensa biblioteca y la verdad era que Sirius esperaba aprovechar lo máximo en esa media hora. Aún seguía corriendo cuando llegó a la biblioteca y chocó contra alguien haciendo caer un libro, Sirius un poco irritado se detuvo a recoger el libro y al levantar la mirada se encontró con aquellas orbes miel que lo traían loco desde hacía una semana.

El chico lo miraba con una ceja levantada, no parecía enojado pero tampoco muy feliz, parecía curioso.

Black le ofreció el libro y el chico lo tomó devuelta.

- Vas a disculparte o...? - preguntó con voz baja y grave haciendo que las rodillas de Sirius se volvieran de gelatina-.

Sirius no encontraba su voz, por más que su cerebro le gritara que hablara no podía, no podía hacerlo mientras estuviera perdido en aquella mirada astuta, vaya que estaba mal, esto jamás le había pasado, no podía ni siquiera hablarle, tragó grueso y se obligó a carraspear.

- Si... Este, quiero decir, yo - el chico frunció el ceño pero muy ligeramente una sonrisa bailaba en sus labios, labios ligeramente rosados, algo finos pero muy provocativos-.

- De acuerdo - soltó con un suspiro, se acomodó su mochila y continuó con su camino, internandose en la biblioteca-.

                                 ***

Sirius quería morirse, ahora cómo se suponía que se acercaba a él luego de esa horrible primera impresión? Sirius se odiaba y quería morirse, no había encontrado voz para responderle! Cuándo Sirius Black no había tenido voz? Ni cuando desafiaba a Walburga se quedaba sin voz, y en cuánto lo hizo no dijo nada coherente, cómo iba a quedar como un idiota delante de un Ravenclaw? Por el amor a Merlín!

Ahora estaba detrás de un estante viéndolo a través de la abertura entre dos libros, suspiró. Cómo podía ser alguien tan atractivo? Osea él sabía que él mismo era guapo de una manera sobrehumana, de eso él no tenía dudas ni pruebas de lo contrario pero ese chico de allá podría quitarle el puesto fácilmente, joder que era demasiado lindo! Adorable le iba mejor. Respiró hondo, tomó todo su valor Gryffindor y comenzó a caminar hacia él, ya había desperdiciado tiempo valioso y por muy estúpido que esté ahora no se iba a dar por vencido tan rápido.

A unos cinco pasos de distancia el chico levantó la mirada hacia él y a Sirius por unos escasos segundos se le olvidó como caminar, se tambaleó un poco y con toda la vergüenza del mundo continuó con su camino, ya el chico había devuelto la mirada hacia su pergamino. Sirius quería golpearse, quizás algo se había atrofiado en él y no se había dado cuenta hasta ahora, tenía que ser eso, no?

Con algo de indecisión se sentó frente a él, sacó un par de libros y abrió uno para fingir leer, la verdad solo estaba allí para verlo.

- Oye - intentó en un susurro, el chico levantó la mirada y Sirius casi sonríe victorioso, solo por esa mirada-. Lamento... Lamento lo de hace rato.

El chico asintió y bajó la vista de nuevo.

- Está bien, no te preocupes - le dijo para volver su vista al pergamino en
la mesa-.

- No te molesta que me siente aquí? - preguntó con una sonrisa encantadora-.

El castaño lo miró fijamente, con mirada evaluadora y se encogió de hombros de manera indiferente.

- No veo por qué no.

Sirius se mordió el labio y abrió la boca para decir cualquier otra cosa que le diera la atención de su amado pero no se le ocurría nada, de pronto su mente siempre llena de ideas estaba vacía y ciertamente tenía algunas ideas pero no era para decirlas a un chico que no lo conocía. Pensó que esto no estuviera pasando si se tratara de una chica. Se hubiera acercado, le hubiera expresado sus ideas y ahora estarían en un aula con la ropa media puesta pero...

Él no podía ni quería hacer esto con él, no lo veía correcto... No lo veía correcto! Él, Sirius Black!

Pero eso era lo que más claro tenía en ese momento, en no cagarla. Por lo que bajando un poco el libro podía mirar aquel hermoso rostro con un gesto de concentración, pensando en como ganar su atención de buena manera.

RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora