Padf... Sirius?

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Remus llevaba un tiempo leyendo en el jardín, el gran perro negro había ido a su encuentro, ya llevaban en eso un mes era como si el perro se hubiera memorizado los días y las horas en las que él estaría por allí y le hacía compañía, a parte de sus amigos, Remus creía que era la amistad más bonita que había realizado. No eran necesarias las palabras para hacerse sentir bien.

Y no es que fuera un experto en perros, pero el lenguaje corporal del canino le daba a entender que estaba a gusto con su presencia y de lo contrario no lo buscara siempre en el mismo lugar como tampoco, después de un momento, se acercara lentamente al chico en busca de caricias para dormitar sobre sus piernas mientras él leía y le hacía cariño tras las orejas.

Ese día él no había empezado a leer el libro esperando la llegada del perro quién no se hizo esperar, Remus abrió los brazos sonriente y el perro no esperó, como había estado haciendo todos estos días, en lanzarse a sus brazos.  Luego de un par de horas leyendo, alejó el libro para descansar y notó al perro sentado frente a él mirándolo fijamente, Remus flexionó sus rodillas y las abrazó apoyando su cabeza en estas, le devolvió la mirada al perro.

- Tienes dueño? - el perro ladeó la cabeza, Remus pensaba que era una cosa adorable-. Es Hagrid tu dueño? - esta vez no hubo reacción, el chico suspiró-. No sé si me entiendas, pero agradezco mucho tu compañía.

El perro comenzó a mover la cola como respuesta, Remus rió.

- Entonces me entiendes? O Solo para lo que te conviene? - volvió a reír y pasó su mano por su cabello, revolviendo un poco los rizos-. Estoy un poco loco, no? Quieres que te cuente un secreto?

El perro dió dos pasos para atrás. Remus frunció el ceño.

- Oye creí que éramos amigos! Y no tienes por qué asustarte, tú estás a salvo - el perro parecía negar y dió otros pasos para atrás -.

Cuando Remus abrió la boca para suspirar, el gran perro negro desapareció para dejar a cambio a un chico algo aturdido.

Un Sirius Black aturdido y avergonzado.

Remus ahogó un grito y se tapó la boca de la impresión, su instinto era levantarse rápido y salir de allí, pero su cuerpo no se lo permitió. Black parecía al borde de una crisis nerviosa, ni siquiera estaba mirándolo, estaba mirando el césped claramente debatiendo entre correr o enfrentarlo.

- Eres un animago! - casi gritó Remus cuando la impresión y el susto pasaron-.

-Shhh - silenció el pelinegro mirando hacia los lados -. Uno ilegal, así que no tan fuerte.

- Ilegal? Por el amor a Merlín! - exclamó Remus, un poco asustado -. Es eso seguro?

Sirius no pudo evitar reír un poco.

- Ser un animago? Si, es seguro siempre y cuando seas buen mago , si es seguro ser ilegal? No, no lo creo - repondió divertido -.

Lupin rodó los ojos, luego de recomponerse y de caer en cuenta de algo, lo miró con ojos entrecerrados.

- Haz estado espiando? No lo puedo creer! Decían que eras un idiota, pero no creí que llegarías a tanto -  le recriminó Remus asustado y nervioso -. 

Sirius lo miró indignado y sorprendido.

- No te he estado espiando! Te he hecho compañía, siempre andas solo y...

- Pues si me ves solo es porque no quiero estar con nadie genio! - le interrumpió el chico -.

- Y por eso me volví Padfoot!

- Padfoot? Así se llama? - Preguntó Remus con curiosidad, Sirius asintió orgulloso-. Aún así, es como espiar.

- Jamás he sacado información de nuestros encuentros, solo te he visto leer y he dormido a tu lado, hoy es que ibas a decirme algo y te dije que no! Y tú seguías insistiendo - Se defendió y Remus sabía que era cierto -.

- Que iba a saber yo que eras tú! - exclamó Remus algo avergonzado -.

- Si hubiera querido espiar no hubiera hecho nada y hubiera escuchado lo que me ibas a decir.

- Y por qué no solo te fuiste?

- Yo estaba pensando en decirte que yo era el perro negro, pero no había encontrado un buen momento - confesó Sirius y luego de suspirar se mordió el labio, Remus también suspiró y negó con la cabeza -.

- Pues vaya buen momento encontraste - ironizó -.

Sirius rió un poco a su pesar y Remus sonrió divertido.

- Y... Qué ibas a decirme? - Remus de pronto palideció porque había estado a punto de contar su peor secreto, Sirius notó el cambio en el chico y su corazón se estrujó, era algo tan malo o tan personal aquello que iba a decirle? -.

- No seas idiota, no iba a contarte nada a tí - desvió el castaño -.

- Pero hace unos segundos...

- Padfoot me cae mejor que tú.

- En realidad no sé si molestarme después de todo soy él - dijo Sirius con una sonrisa y ladeando un poco su cabeza, tal cual como Padfoot hacía, cómo no se había fijado antes de eso? -.

- Nop, en realidad no, Padfoot puede estarse tranquilo y callado, tú eres incapaz de alguna de las dos cosas.

- Puedo estar tranquilo también!... Solo necesito caricias - comentó en un susurro avergonzado haciendo reír a Remus-.

- Pues te puedes ir yendo de aquí, porque ya no hay caricias para ti - Afirmó Remus divertido, recogiendo su libro y poniéndose de pie -. 

Sirius también se levantó y lo tomó de la muñeca antes de que el chico comenzara a caminar.

- Qué? Por qué? Puedo volver a ser Padfoot - negoció mirándolo a los ojos -.

- Pero ya sé que eres tú, sería raro - Respondió Remus tratando de ignorar la cálida mano del chico al rededor de su fría muñeca -. 

- No sería raro! Soy adorable!

- Eso no te lo puedo negar.

El camino de regreso al castillo fué un Sirius suplicándole a Remus que se olvidara por completo de que era un animago y que dejara a Padfoot estar con el por las tardes como habían acostumbrado, al final Remus aceptó y no por aceptarle el capricho al chico sino más bien porque no había soltado su mano en ningún momento y solo podía pensar en ello.

RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora