Kurabu II クラブ KOOKMIN

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Taehyung

Me encuentro caminando por la acera dando pequeños saltos entre algunos pasos, según el mensaje del grupo, el encuentro será en la casa de Thomas, el jodidamente atractivo estudiante de idiomas y maldición claro que le queda la carrera, lo sabes bien después de probar su talentosa lengua.

Thomas sigue siendo uno de mis mejores rollos, nos entendemos muy bien en el sexo y no todas las veces va a las reuniones del club, así que el hecho de que el encuentro de hoy sea en su casa me trae un tanto emocionado, llevo lubricante de fresa y todo... si eso no es venir preparado y entusiasmado, no se que lo sea.

Sin embargo algo sigue teniéndome un poco ansioso y es que Jungkook ha confirmado en el chat que hoy asistirá y como es habitual... Jimin lo ha hecho unos segundos después. Admito que ver a Jeon Jungkook desnudo siempre es un jodido deleite, Jimin no puede culparme, pero eso no compensa que cuando esos dos están juntos, las cosas se pongan un tanto tediosas.

Llego a una casa que luce lo suficientemente moderna, la composición de la arquitectura y los colores blanco y negro le dan ese efecto. Busco un letrero o algo con la dirección, todo sea para no quedar como un imbécil cuando timbre con la emoción a flote esperando ver a mi galán y todo lo que encuentre sea un anciano mirándome con repulsión. Esas cosas pueden pasar, por lo que miro de nuevo la dirección y cuando compruebo que Google maps no me esta jugando una broma decido atravesar el jardín y tocar el timbre.

Es un poco antes de la hora indicada, espero no verme muy anticipado o entusiasmado... aunque sabiendo como han sido las cosas en los últimos meses, podría apostar hasta mi trasero a que Jungkook ya se encuentra dentro de la casa. El pelinegro no siempre asiste al club, digamos que no es el integrante mas habitual ni mucho menos el mas alegre y amable, pero siempre que dice que ira es el primero en llegar. Sin duda es el integrante mas puntual... eso si.

Jungkook no asiste todo el tiempo a diferencia de Jimin, quien es mas frecuente, pero sigue habiendo un patrón extraño y es que Jimin siempre se presenta cuando Jungkook viene, él dice que es pura casualidad, pero a mi me suena a otra cosa.

Cuando el sonido del seguro suena llevo una mano a mi cabello y lo acomodo un poco de forma delicada, esperando verme hermoso y despreocupado, pero cuando el rostro de Jungkook es el que aparece tras la puerta ruedo los ojos y dejo mis dotes actorales para después.

— Hey — saludo pasando por su lado evitando mirarle.

— Qué tal — me dice en forma de afirmación mas que de pregunta dejando en claro que realmente no quiere saber qué tal han ido las cosas. Ya no nos llevamos tan bien como antes, no desde lo de Jimin.

Llego a la sala y paseo mis ojos por el lugar, es bastante agradable. El blanco predomina sobre todos los demás tonos, lo único diferente parecen ser los sillones grises puestos frente a una enorme puertaventana que da al patio. Lindo.

— ¿Dónde esta Thomas? — pregunto sin mirarle.

— Creo que esta arriba, no debe demorarse en bajar — su voz suena suave y tranquila, bastante relajada, por lo que guio mis ojos hacia él fingiendo mirar el reloj de la pared.

Digamos que Jeon Jungkook es alguien difícil de no mirar, y aun mas cuando su presencia se ha vuelto tan intimidante, aunque es bastante entendible, pues el imbécil ganó el campeonato nacional de boxeo y desde entonces no es raro escuchar su nombre. Aunque el estúpido no parece feliz con aquel detalle, parece ser mas bien de esos ridículos que odian la reputación que tienen, los que parecen mas bien fastidiados con la atención que obtienen.

Y por alguna razón... eso vuelve locas a las mujeres. 

Todas las chicas de la facultad de artes parecen sus jodidas fanáticas, lo que me da bastante gracia, porque Jungkook tiene como deporte olímpico rechazarles, es divertido ver como actúan como gatas en celo a su alrededor, aunque es mas gracioso ver el terrible humor de Jimin cuando ve aquello.