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Jimin

— Esta perra esta loca — dice con voz agitada Taemin a mi lado. Su comentario me causa gracia, pero la deficiencia de oxigeno en mi cuerpo no me alcanza para invertirla en reír, mi pecho se agita de forma dolorosa, como si mis pulmones gritaran por aire mientras observo el suelo tratando de calmarme.

Ambos nos encontramos de rodillas a un costado de la sala de practica, no es necesario que pasee mis ojos por el resto del lugar, el sonido de respiraciones alteradas es suficiente para saber que todos mis compañeros se encuentran igual que nosotros.

Jodidamente exhaustos.

Mas que un ensayo para la exhibición que se avecina, las ultimas horas se han asimilado mas a una ronda de tortura o entrenamiento militar, no tiene ningún maldito sentido. Sé muy bien qué es la exigencia y cuánto se necesita en el baile, pero agotarnos de esta manera no tiene mas objetivo que el de destruir nuestro espíritu un par de horas. Porque nuestro trabajo y empeño ni siquiera es acompañado de palabras de aliento, todo lo que puede ofrecer la insensible mujer en el frente del salón es crueldad.

La música por fin se ha detenido y es de aquella forma que me percato de que afuera esta lloviendo.

— No olviden — pronuncia en voz alta Hyori — que no importa cual papel tengan o qué tan maravillosos se crean, mientras yo sea su maestra, yo soy quien pondré su nota y evaluaré — mientras articula aquellas palabras sus ojos viajan hacia mi varias veces, haciendo que mis deseos de que alguien la despida aumenten.

La universidad se jacta de ser un lugar basto de libertad y diversidad... un ambiente seguro para el debate, pero parece que eso solo aplica dentro del grupo de estudiantes, porque cuando la discusión compromete a un docente, la cadena de respeto se rompe y el gremio docente se protege entre si. Es algo de lo que me he percatado en las ultimas semanas, al ver que no tienen ningún peso nuestras quejas frente al mal trato que da esta mujer a sus estudiantes.

Ha transcurrido cerca de una hora y media, y todo lo que hemos hecho es ejercicio, no hemos practicado ningún paso de baile. Ademas ha hecho una ridícula exigencia bajo la excusa de darnos mas carácter: No nos ha dejado hidratarnos. Llevamos mas de una hora haciendo burpees, saltos, flexiones de pecho y sentadillas sin algún tipo de descanso, hasta el recién.

Ha estado amenazando una y otra vez con calificaciones y malas referencias de nosotros a otros profesores... es simplemente horrible.

— Joder... — la voz de un compañero se eleva por encima de nuestros jadeos — Lo siento, pero n-no puedo mas — dice con voz entrecortada levantándose, se trata de un chico rubio alto — necesito agua — exclama para finalmente ir por su botella. Toda nuestra hidratación esta al frente del salón organizada, como si fueran un tipo de decomiso. 

Todos guiamos nuestros ojos hacia Hyori quien se cruza de brazos y mira al chico que se aproxima con ojos de desaprobación. 

— ¿Cómo te llamas?

— Mike.

— Bien, Mike. No me sorprende que seas tú —sonríe burlona — la mayoría de ustedes no tienen madera para tener éxito en esto, si se rinden con pequeñeces como la falta de hidratación, es buena señal para rendirse con todo como tal —enarco una ceja viéndole sin poder creer lo que acaba de decir, ni siquiera tiene sentido.

El enojo crece en mi pecho, pero al ver que el chico decide hacer caso omiso a su comentario y solo beber, decido callarme, pues supongo que todo lo que quiere esta mujer es atención y la mayoría de nosotros ya estamos cansados de que la obtenga.

Kurabu II クラブ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora