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Jimin

Los edificios pasan por mi vista uno tras otro como un ligero borrón de sombras enormes con luces contenidas, la ciudad esta en total movimiento, se siente viva y vibrante, las calles están repletas de personas, pero mis orbes están puestos hacia arriba ansiosos, porque cuando la fila de estructuras termina para dar paso a un enorme parque, puedo por fin ver el cielo. Esta alucinante hoy... se encuentra pintado de hermosos colores que te quitan el aliento, la transición de azul a naranja es espectacular, y a pesar de que se que vamos jodidamente tarde, el panorama es demasiado precioso como para llamarle error al hecho de que este aquí observándolo.

La agradable vista es tan perfecta y cautivadora que no puedo evitar girar mi cabeza para agregar al momento algo mucho mas hermoso que cualquier paisaje o monumento creado en este mundo. Y ese algo es mi chico al volante.

Mi mejilla descansa totalmente contra la cojinería y me vuelvo hacia él. Incluso con este ese cielo precioso cubriéndolo todo...  él es mas perfecto e interesante de ver.

Su cabello negro -aún en la leve oscuridad que brinda el auto- luce luminoso y sedoso. Su perfil siguen siendo como un ataque a cualquier sistema, ángulos afilados y perfectos que aprietan tu corazón en cada curva en que tus ojos viajan por la estructura. Su mandíbula, su nariz... sus ojos y su cuello, joder, todo parece haber sido cincelado por el mejor de los escultores, no tiene sentido... su belleza es ridícula, ridículamente irreal.

Su expresión seria y el fuerte agarre de su mano sobre el manubrio, en cualquier maldito momento -sin importar la situación- podría hacerme caer en mis rodillas y suplicar por su atención o instrucciones como un maldito lujurioso, pero la ausencia de brillo en sus ojos y su actitud pensativa pesa mas que mis posibles reacciones. No importan en absoluto mis deseos o imaginaciones cuando la preocupación se cuela en mi sistema.

Estos últimos días he intentando distraerle, pero siempre hay momentos en que su concentración se pierde y permanece mirando un punto fijo con lo que pareciera ser una lucha en su cabeza. He intentado entretenerle con mis estúpidas charlas y demás cosas para que no sobre piense las cosas, para que no se aturda y sugestione con la culpa, la tristeza o la incertidumbre, pero también sé que es sano que se de su momento para reflexionar y pensar sobre todo.

No puedo pretender distraerle y hacerle olvidar de todo... sé que todo lo que pasó hace unos días es horrible. Cuando Sungkil -que había permanecido en el lugar mas tiempo que nosotros- nos contó como vio a Jongun dejo de moverse y respirar después de tantos golpes, mi corazón se detuvo de la impresión. Incluso ese día yo tampoco pude dormir. Permanecimos abrazados hasta la madrugada hasta cuando Jungkook termino llorando abrazado a mi cuerpo y mis ojos derramaron lagrimas sobre su cabello debido a la impotencia y la culpa.

Nunca se lo he mencionado, pero yo también me siento culpable... después de todo fue por nuestro plan que todo acabó así. Las cosas en el proceso se habían desordenado un poco pero al final el resultado fue el que habíamos planificado apuradamente unos minutos antes. Yoongi y yo debíamos poner mi celular a gravar lo que se que pasara en aquel lugar donde el boxeador se preparaba. Hoseok y Nam debían mantenernos informados de la situación afuera... y Sungkil tenía que enseñarle al dueño del bar lo que sea que consiguiéramos fingiendo ser un tipo interesado en apostar. No tenía muchas esperanzas en aquel plan, ese día estaba consumido por el pánico y el miedo pero Sungkil parecía confiado por alguna razón. Nunca había transpirado ni temblado tanto en mi vida, el terror se deslizaba sobre mi espina dorsal una y otra vez y yo solo rogaba porque todo resultara favorable.

El video que obtuvimos fue... joder, era demasiado. Mi corazón palpitaba con furia cuando vi a Jungkook entrar y salir de aquel lugar tras la barra. Cuando lo llamaron a pelear toda la atención se arrojo a él y mis manos temblaban al pensar que estaba drogado allí parado, indefenso en medio de ese corrompido lugar. Cuando la multitud entera se movió hacia el centro Yoongi y yo corrimos de vuelta al lugar y  tomamos el video para verlo.

Kurabu II クラブ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora