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Jungkook


Estoy jodidamente nervioso y tengo un frio de cojones, mi cuerpo tiembla con espasmos silenciosos, mis dientes castañean al golpear entre ellos, todo mi cuerpo vibra ansioso de calor y a pesar de que sé que puedo hacer caso a sus palabras y tomar un baño o cambiarme, mis ojos no se apartan de su menuda y delicada figura sentada sobre el sillón.

Mi cuerpo ruega mas por reducir la distancia que nos separa que por buscar algún tipo de refugio.

¿Por qué sus ojos se ven tan tristes? mierda.

Mi abrigo aún sigue siendo agarrado por mi mano temblorosa y el agua sigue escurriendo hacia el suelo, joder, soy un desastre...

Me acerco al lavaplatos y dejo la chaqueta allí para evitar mojar mas su casa, me siento fuera de lugar... este sitio que tantas veces me recibió haciéndome sentir cálido, ahora me saluda con la frialdad y el vacío reflejados en cada pared, incluso podría jurar que todo luce un poco azul, un poco gris... todo tiene un aire tan triste.

O quizás son mis ojos que filtran así todo, quizás es mi mente exhausta que se niega a procesar mas colores.

Veo como su cabellera oscura se inclina hacia adelante, su cabeza agachada entre su pecho y rodillas. Es hora.

Me agacho y desato los cordones de mis zapatos para retirarlos, también me quito mis medias y las meto dentro de los zapatos y me dirijo hacia el baño de invitados recargándolos hacia el sifón de la ducha.

Cuando corría hasta aquí mi cuerpo estaba lleno de adrenalina, basto de coraje y determinación, no pensaba en otra cosa que llegar aquí. Pero ahora soy una tormenta de nervios y miedo, no sé como acercarme, qué decir, no sé que-

— Jungkook, ven aquí — su dulce voz golpea mis oídos sobresaltándome — acabemos con esto — dice después de un suspiro pesado y mi pecho duele al pensar que mi presencia solo es una molestia para él, aunque lo entiendo... todo este tiempo solo he sido una herida que no para de sangrar, un golpe para su corazón que no para de repetirse.

Mis pies húmedos cruzan el espacio abierto y mi corazón se acelera a cada paso, a cada centímetro que estoy mas cerca suyo. 

Jimin esta en el sillón principal, el mas largo y grande, yo decido sentarme en el individual a la derecha de su sitio y al frente del balcón, por donde puede observar como no deja de llover. Noto por el rabillo de mi ojo como su cabeza se levanta reconociendo mi presencia pero el decide mirar al mismo punto que yo.

A la lluvia.

Mis ojos viajan con lentitud de la ventana hacia su rostro y como siempre siento que mi corazón es estrujado con fuerza, siempre que observo sus rasgos siento lo mismo, como si una mano imaginaria apresara mi corazón vulnerable.

Y estoy seguro que esa mano le pertenece a él y solo a él, aunque él no lo sepa, a pesar de que mis actos le hayan hecho pensar algo diferente.

— E-el día después de mi salida a The Rocks y-yo no recordaba nada — mi voz tiembla, estoy aterrado... pero aun asi me niego a perderme su reacción — sé que podrá sonar a una sucia mentira, pero es cierto, Jimin... me desperté mareado, y-yo no recuerdo que sucedió — mis puños se cierran con fuerza enterrando mis uñas en las palmas — Pero hoy Will me lo contó.

Cuando pronuncio su nombre sus manos agarran con mas fuerza sus piernas y me doy cuenta que le afecta bastante aquello. Mierda, mierda, mierda... si tan solo lo hubiera sabido, si tan solo... A mi mente llegan las veces que Will fue a la facultad y la rabia hacia él y hacia mi hierbe dentro de mi.

Kurabu II クラブ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora