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Jungkook

Tae desaparece por el pasillo y suelto un suspiro profundo tratando de calmar mi nerviosísimo. Joder, joder, joder... voy a verlo.

Una sonrisa presiona mis facciones para establecerse en mi rostro pero la reprimo mordiendo mi labio inferior. Dios... sin duda mi día favorito es cualquiera en el que pueda estar junto a él. Permanezco sentado a pesar de que mis músculos quieran llevarme corriendo hacia la entrada, me ordeno quedarme quieto mientras intento respirar lentamente con el objetivo de apaciguar los latidos descontrolados de mi corazón. 

Pero entonces él aparece por el corredor y todo se detiene.

Mi respiración se atasca en mi garganta al momento en que nuestros ojos se encuentran.

Veo directamente su rostro y... me quedo paralizado, es tan precioso... su cabello negro resalta demasiado el color de sus ojos. Su cabello rubio hacía que sus ojos se vieran mas claros, pero el negro, joder, el negro hace que resalten como dos benditos reflectores que te pueden perforar el alma. Su rostro luce mas blanco y por eso sus labios se ven mas pigmentados, todos sus rasgos han cobrado rudeza y eso es lo mas hermosos que he visto en mi maldita vida, porque ahora no solo me pierdo en sus ojos, lo hago en cada detalle de su rostro.

Por eso no puedo evitar que mi corazón se acelere tanto y que mi pecho se oprima con fuerza cuando él da pasos cautelosos dentro de la sala sin quitarme los ojos de encima. Mi cuerpo quema y ruega por acercarme a grandes zancadas hasta él y acorralarlo contra la pared, y es lo que hago.

No quiero que diga nada, no quiero oírlo... últimamente cada cosa que sale de sus labios me lastima y no quiero caer en la realidad.

Aunque nada desearía mas que escuchar de nuevo su voz suave, quisiera escuchar como me llama con cariño de nuevo.

Pero eso ya no sucede.

Por eso solo quiero permanecer en el paraíso que nuestros cuerpos crean cuando están juntos. Él no articula nada, solo observa mi rostro con sus hermosos ojos totalmente tranquilo, contrario a mi, pues ya me encuentro respirando entrecortado con solo tenerle así de cerca. Desvío mi vista hacia la derecha, a la puerta que ya había localizado hace rato... y no me importa que lugar sea, tomo su mano y lo llevo allí cerrando la puerta para después besarlo contra ella.

Sus labios se abren para mi con facilidad y su lengua ingresa a mi boca, se que no quiere que le trate con cariño, se que solo quiere el placer que le doy, me lo ha dejado claro muchas veces, pero maldita sea para mi es un pecado monumental no disfrutar de sus labios con lentitud. Aparto un poco mi boca y rozo nuestros labios disfrutando de su tacto, de su grosor, los muerdo y succiono con intensidad y avidez. Mis manos van a su cabello y cintura apegándolo completamente a mi, reduciendo a nada cada milímetro entre nosotros mientras le aprieto en un abrazo.

Jimin pone una mano sobre mi nuca y me impulsa hacia él obligándome a profundizar el beso impaciente, mueve sus labios y lengua de manera hambrienta y le sigo, porque no puedo poner resistencia cuando se trata de él. Su boca se separa de la mía con un hilo de saliva escurriendo y cuando menos lo espero él me gira haciendo que mi espalda golpee contra la puerta y se sumerge en mi cuello besándolo con maestría haciendo que mis piernas comiencen a temblar.

Empiezo a jadear encantado mientras mis manos recorren su cuerpo, paseo mis dedos por cada curva tan amada y conocida por mi y por primera vez veo donde estamos. Se trata de un estudio... hay una enorme estantería con lo que parecen ser miles de libros, en la habitación también predomina el blanco como en la sala, continuo observando el espacio hasta que me encuentro con un escritorio grande y limpio con nada mas que una laptop y una lampara encima y decido enseguida lo que haré.

Kurabu II クラブ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora