Kurabu II クラブ KOOKMIN

24

Jimin

Es el decimo round.

Mis latidos se encuentran descontrolados y mi pulso incrementado al verle esforzarse de forma tan apasionada y decidida. El sudor recorre su cuerpo como una capa de aceite llamativa y brillosa resaltando su arquitectura corporal, el volumen y magnitud de sus músculos nunca antes habían sido tan evidentes, sus pectorales lucen como dos almohadas firmes y apetecibles en las que con gusto moriría asfixiado.  Estoy seguro de que mi expresión entera debe ser la de un propio pasmado pervertido, pero ni siquiera trato de reprimirlo. Estoy loco por este chico y ya no pienso reprimirlo mas.

Si me preguntaran por la apariencia de su contrincante ni siquiera podría decir con exactitud su color de piel, todo lo que veo es Jungkook, Jungkook, Jungkook.

— Espero que ver a su padre no lo altere — comenta Hoseok a mi lado. Hace tiempo ya que Yoongi se levantó para supuestamente ir al baño. Así que pueden estar ocurriendo 3 escenarios. 1. Los tacos que comimos antes de venir aquí están teniendo una batalla en su estomago 2. El inodoro se lo ha tragado ò 3. No has mentido y ni siquiera se acerco a un maldito baño.

— Ni lo menciones, su padre simplemente no existe aquí. En realidad ni siquiera es su jodido padre, porque no se comporta como uno — respondo sin esconder mi desagrado, se muy bien todo lo que ese hijo de puta le ha hecho a Jungkook, él me lo ha contado — Lo único significativo y respetable de la existencia de Jongun es haber participado en la creación de la vida de Jungkook, de resto el hombre para mi representa un desperdicio de oxigeno y espacio en el planeta. Nadie que tenga la capacidad de ser tan cruel con una persona tan hermosa como Jungkook vale la pena — pienso en voz alta desinhibido.

— Vaya... — es todo lo que responde Hoseok a mi lado, por lo que después de unos segundos pongo mis ojos sobre él y le encuentro mirándome boquiabierto — Ya entiendo a Kook... hasta yo me enamoraría de ti así.

— No gracias — le respondo volviendo mis ojos al cuadrilátero reprimiendo la risa que se establece en mi garganta al oírlo bufar.

— Igual sigues dándome mas miedo que otra cosa.

— Lo que tu corazón rechazado quiera creer — respondo burlón.

Enseguida poso los ojos en Jungkook de vuelta, sintiendo tensarse nuevamente, no solo mis ropa interior, sino mi respiración, mis latidos y mi piel. Aiden parece enloquecer allí arriba preso de la desesperación porque se sumerge en una ráfaga de golpes con rapidez, que Kook logra esquivar por poco. Mi estomago se hunde de preocupación cuando veo al pelirrojo enviar un golpe recto a Jungkook que logra darle en su mejilla. Ver el tamaño de los músculos de estos chicos y la fuerza que emplean en cada golpe me hace estar seguro de lo doloroso que debe ser cualquier mínimo impacto.

Aquella vez en el campeonato de aficionados de la universidad, Jungkook a lo máximo recibió un par de golpes, pero en este encuentro ha recibido varios y por mas que se muestre como campeón y este arrasando en el ring, no puedo evitar preocuparme por su estado. Mierda, verle sufrir de cualquier forma me rompe las entrañas.

Jungkook sin embargo, pese a recibir aquel golpe responde de inmediato con un puño en el pecho de su contrincante enviándolo levemente hacia tras. Como dije... Aiden parece querer arriesgarlo todo, no para de de dar golpe tras golpe, antes se comportaba con mayor detenimiento y precisión. El chico salta de un lado a otro y trata de acorralar a Jungkook como este lo ha hecho con él durante todo el combate, pero Kook le supera en velocidad, no importa cuanto avance el pelirrojo Jungkook se sale de su alcance con bastante facilidad, supongo que es lo que tiene a Aiden lanzando golpes con demasiada fuerza sin meditarlo mucho.