Me encuentro a media noche corriendo en un bosque, el cual no conozco.
—Alexia —escucho mi nombre y de inmediato me detengo.
—¿Tú quién eres? —pregunto y siento miedo al ver unos ojos color carmesí.
El rostro no se lo puedo ver muy bien, siento miedo y por instinto retrocedo.
—Mi Alexia, pronto iré por ti —habla acercándose hacia mí.
—¡Aléjate! —vocifero con temor.
—Pronto iré por ti y vas a ser mía —dice con una sonrisa maliciosa.
Abro los ojos abruptamente y me incorporo sobre la cama. Estoy sudada, mi corazón late con rapidez. La verdad siento un miedo horrible, no es normal tener el mismo sueño varias veces. Aún recuerdo el primer sueño que tuve con ese hombre de ojos color carmesí, sólo tenía 14 años..., desde ese momento tengo sueños frecuentes. Siempre me dice lo mismo, que viene por mí, que seré suya.
Pero mi pregunta es: ¿será sólo un sueño? Quizás sí. Bufo frustrada al ver que ya es hora de ir al instituto. Aún no he logrado adaptarme a este pueblo, a veces me gustaría volver a la ciudad, porque en realidad no me gusta estar aquí. Le he pedido varias veces a mi madre que por favor volvamos y se niega, así que no queda de otra más que adaptarme.
Cuando ya estoy lista, agarro la mochila y bajo las escaleras, para llegar a la cocina.
—Hola, mamá.
—Hola, hija. Desayuna antes de irte —dice, sonriendo. Deja un plato con cereales y leche, luego se quita el delantal para doblarlo y dejarlo en su respectivo puesto.
Admiro a mi madre, desde que papá nos abandonó siempre ha trabajado para sacarnos adelante a las dos. Soy hija única y eso me gusta, aunque hay veces en las que deseo tener una hermana; una hermana a la cual contarle mis problemas, preocupaciones, reír o un hermano mayor, en mi anterior instituto tenía amigas con hermanos mayores, y me gustaba mucho ver como ellos se preocupaban por el bienestar de mis amigas.
A pesar de que nos ha tocado duro, hemos sabido sobrellevar las cosas, ayudo a mi madre con las cosas de la casa, después que llego del instituto mientras ella trabaja.
Para cuando quiero llegar al instituto, veo a Sophia esperándome en los casilleros. Ella ha sido la única chica con la que me he identificado durante estas semanas que tengo de estar aquí.
—¡Hola, Alexia! —saluda Sophia, ella viste de un vestido color azul marino manga larga. Su cabello castaño cae sobre sus hombros en unos rulos perfectos.
—Hola, Sophi —digo para después abrazarla.
—Vamos que llegaremos tarde a clases —dice jalándome por el brazo, de inmediato pongo mis ojos en blanco.
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Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampire-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...