Han pasado días desde la última vez que vi a Alex. Al parecer salió a resolver unos asuntos. He estado pendiente de los movimientos de quienes vigilan la mansión. Y tengo planeado escapar hoy, ya que Alex no está.
No quiero una vida con él a mi lado, esto no es justo para mí.
Melissa me trae comida y también el suplemento vitamínico que el médico dijo que debería tomar.
El estar encerrada en estas cuatro paredes me hará enloquecer. Lo que debo hacer es llegar al pueblo a buscar a mi amiga Sophia, ella conoce gente en el exterior. Tal vez pueda ayudarme.
Abro lo puerta y camino sigilosamente por todo el pasillo. Bajo las escaleras y cuando llego a la sala, doy la vuelta corriendo, entonces veo la salida. A esta hora no hay nadie cerca, porque todos los vampiros que custodian la parte trasera de la mansión, se reúnen y Melissa les lleva comida.
Una luz al final del túnel, eso significa esa puerta para mí. Nada me importa, que se vaya a la basura eso de que le pertenezco a Alex. Que se pudra y se busque otro banco de sangre.
No lo pienso dos veces y corro. Cuando logro salir de la casa me adentro en el bosque, corro y corro porque mi vida depende de ello. Solo espero que más adelante no haya nadie más. No puedo dejar que Alex me encuentre, porque entonces si es verdad que me deja sin una gota de sangre, siento que mis piernas me fallan y es cuando decido parar, necesito descansar, tomar aire. Un dolor punzante se instala en mi cuello, justo en la parte donde Alex me mordió, no aguanto más y caigo al suelo.
—¿De verdad creíste que escaparías de mí tan fácilmente? —escucho la voz de Alex, levanto mi cabeza y lo veo sonriendo con burla.
—¡Eres un idiota!
—Vengo llegando y me encuentro con que habías escapado. —Niega varias veces —. Alexia, Alexia, por lo visto tendré que enseñarte modales, tan bien que la estábamos pasando —dice divertido.
Me arrastro por el suelo y grito al sentir que Alex agarra mi cabello en su puño haciendo que me ponga de pie.
—¡Suéltame, maldito psicópata! —chillo mientras le doy golpes en el pecho —. Tú no tienes derecho sobre mí.
—Recuerdas que te advertí que no huyeras, te vas a arrepentir por querer irte de mi lado —susurra en mi oído y muerde el lóbulo de mi oreja.
—Si vas a matarte, hazlo de una vez —escupo con rabia.
—No te voy a matar, así no sería divertido.
Me arrastra con fuerza y en unos cuantos segundos ya estamos de vuelta en la mansión, me carga en su hombro y llega a la segunda planta, mientras grito y pataleo para que me baje. Llegamos a la habitación y me deja caer al piso sin ninguna delicadeza, él sale dando un portazo, entonces aprovecho para salir pero no puedo. Está cerrada.
ESTÁS LEYENDO
Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampiros-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...