-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa.
-Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa.
-Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...
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Alexia
Bajo las escaleras, salgo de la casa y corro hacia Chris, él me abraza para después darme un casto beso en los abios.
Lo miro sorprendida, él se disculpa con la mirada y abre la puerta del auto para mí, luego lo rodea y se sienta en el asiento del piloto.
Me gusta su forma de tratarme. Desde que tuvimos esa plática en su oficina, sentí cierta confianza con él, aunque sé que él quiere que haya algo más que una relación de trabajo o amistad. Y yo estoy pensando seriamente en darme una oportunidad con Christian.
—¿Por qué no fuiste ayer a trabajar? —pregunta preocupado. Me abrocho el cinturón de seguridad y él arranca el auto.
—No me sentía muy bien. —Miento.
—¿Qué tenías? estaba muy preocupado por ti.
—Dolor en todo el cuerpo, me sentía muy exhausta. Pienso que es porque no estoy acostumbrada a trabajar. —Me encojo de hombros restándole importancia, Chris dirige su mirada hacia mí, me dedica una sonrisa y después mira al frente.
...
Al llegar al establecimiento, hago lo mismo de todos días, me gusta mi trabajo, aunque quisiera estudiar..., pero de momento no puedo. Tras horas de trabajo, termino mi turno y salgo de allí.
Cuando llego a casa me encuentro con Thomas. Corro hacia él y lo abrazo, el me alza dándome vueltas en el aire.
—¡Abuelo, estás vivo! —chillo de la felicidad.
—No te librarás de mí tan fácilmente. —Me deja en piso y desordena mi cabello.
—Pensé que habías muerto. Me sentí muy mal.
—No me pasó nada, Alex me salvó. —Me abraza.
...
Ha pasado una semana desde que vi a Alex, de él no se nada..., admito que me hace falta, pero el tiene que aprender a valorar a las personas y cuando yo estuve en la mansión, me trató muy mal. Pienso que no ha venido a verme es porque la última vez que nos vimos, Christian pasó por mí para llevarme al trabajo, lo más probable fue que nos vio por la ventana.
Con respecto a Dakota supe por Thomas que un vampiro la ayudó a escapar. Ojalá y Alex la encuentre, esa mujer es muy loca, no se sabe que puede estar planeando.
Las cosas con Christian van muy bien, salimos a cine, me invitó a cenar. Ahí me regaló un hermoso collar.
Me miro por última vez al espejo y salgo del baño.
Me dirijo hacia la mesa diez, en la cual hay tres chicos, al llegar me presento con ellos y saco de mi bolsillo la libreta y el bolígrafo para tomarles la orden.
—¿Qué desean? —pregunto con amabilidad.
—Un beso de tus hermosos labios —dice el rubio y lame sus labios.
