-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa.
-Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa.
-Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...
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Ya ha pasado una semana desde la ultima vez que vi a Alex, aun recuerdo su mirada llena de odio hacia mí, cada palabra que salía de su boca estaba llena de veneno al momento de las amenazas, no puedo negar que él me hace falta. Pero... pero yo no puedo estar al lado de alguien que me mantuvo secuestrada, me golpeó y a cada rato me amenazaba.
Con Ethan he hablado algunas cosas de su vida, como pasó su niñez y también cuando se enteró de que tenía una hermana. Él sólo quiso buscarme, también cuando se enteró de que los que dicen ser sus padres, no lo son en realidad.
Termino de cepillar mi cabello y lo recojo en una coleta para después dirigirme a la sala donde se encuentran Ethan y Derek, según lo que me han dicho ellos, mi hermano es el líder de los cazadores.
A veces me pregunto: ¿por qué no lo es Derek?, ¿por qué mi hermano? Muchas preguntas y pocas respuestas, tomo una bocanada de aire y bajo las escaleras.
Cuando estoy por pisar el último escalón, logro escuchar una conversación, escucho las voces y sigo, no veo a Ethan, veo es a Derek y a un hombre de algunos 24 años, cabello negro, de cuerpo bien trabajado, tez bronceada. Ellos están de espaldas, por eso no puedo verle el rostro.
Me dispongo a llegar hasta ellos, pero cuando escucho algo que no es de mi agrado, me detengo.
—Ya ha pasado una semana, ¿por qué no me entregas a la chica? —dice el hombre.
—Aún no puedo, Alpha, Ethan no se puede enterar, él se irá de viaje en unos días, entonces puedes llevártela —habla Derek —. Además, recuerda que el trato era matar a Alex y también a Ethan para que todo pareciera un accidente, quiero ser yo el líder de los cazadores y él se interpone en mi camino, cosa que no hicieron, todos dos salieron ilesos —espeta molesto. Se sirve un poco de whisky y da un trago.
—Invadimos la mansión con ayuda de ustedes, pero yo no tengo la culpa de que mis hombres no los hayan matado —habla sin interés — muchos lobos murieron ese día y todo ese teatro para rescatar a esa mocosa que ni quieres, porque si fuera lo contrario no me la hubieras ofrecido. —Suelta una estruendosa carcajada.
Siento mi mundo venirse abajo, el hombre que dice ser mi tío no me quiere, solo fue un teatro, todo lo ha sido, la verdadera razón es matar a Alex. Me ha ofrecido a un hombre.
Todo ha sido una vil mentira.
Tengo que escapar de aquí, pero también tengo que contarle a mi hermano, su vida corre peligro.
—Sí, es cierto, por esa mocosa, no la puedo dejar libre porque sencillamente ella también lleva sangre de cazadora y al momento de matar a Ethan, los del consejo querrán el próximo líder. Quien tiene que llevar sangre de cazador. Solo quedaría ella —. Se deja caer en el sofá y acomoda su saco. —En cambio si tú te la llevas, no quedará más opción que yo. Inmediatamente y por obligación me elegirán a mi, esa es la tradición, siempre se elige de la misma familia —añade sintiéndose orgulloso.
