Capítulo 5 "De regreso a clases"

18.1K 984 20
                                    

Abro los ojos con lentitud y arrugo la cara al sentir la claridad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abro los ojos con lentitud y arrugo la cara al sentir la claridad. Gimo cuando un terrible dolor en mi cuello no me deja moverme con total libertad.

De inmediato el recuerdo de Alex alimentándose de mí llega a mi mente, toco mi cuello y no siento nada de herida, solo un dolor punzante.

El reloj que está en la pared marca las cuatro de la tarde. Intento ponerme de pie, pero un leve mareo me hace regresar a la cama...

¿Perdí mucha sangre?

Es que aún no me lo creo.

¿Alex es un vampiro?

Con frustración suelto un bufido y hundo mi cara en la almohada. ¿En qué estoy metida? Yo nunca pensé que en esta vida conocería a un vampiro.

Me quedo pensando en mi vida, en lo que fue y a juzgar por mi situación, no sé qué será de mí de ahora en adelante.

Minutos más tarde me doy una ducha y salgo del baño con una toalla alrededor de mi cuerpo.

Alex entra a la habitación y yo lo miro con con desdén. ¿Me verá como su comida?, ¿qué sabor tendrá mi sangre? Con solo pensar que alguien puede tomar ese líquido carmesí, se me revuelve el estómago.

—Hola, preciosa — saluda en tono seductor.

—Hola —hablo con indiferencia.

—Eres tan hermosa, Alexia —susurra y toma mi rostro entre sus manos.

Ruedo los ojos y paso por su lado camino hacia el armario, donde agarro mi ropa.

—No me digas que tienes hambre —hablo con sarcasmo —. Porque supongo que eso soy: tu comida. —Lo miro con odio contenido.

—No empieces, Alexia. ¿Cómo te sientes? —pregunta con ¿dulzura?

—Bien. —Aprieto la ropa contra mi pecho y camino hacia el cuarto de baño.

—Cuando te hable, limítate a mirarme a los ojos —espeta con voz autoritaria.

Decido no replicar así que me detengo y miro sus ojos color avellana.

—Bien.  Ahora si me lo permites, me voy a cambiar. —Mi voz sale en susurro poco audible.

—Por mí no hay ningún problema si lo haces conmigo aquí. —Eleva la comisura de sus labios en una sonrisa ladeada.

Siento mis mejillas arder. A una rápida velocidad, llega frente a mí y posisiona sus manos en mi cintura haciendo que me estremezca.

Para cuando me doy cuenta, me encuentro acostada sobre la cama con él encina de mí. Por más que mi mente me grita que lo empuje, no logro conectar mi cuerpo con mi cerebro. Estoy en una especie de trance.

Él deja sus codos en la cama para que todo su peso no caiga sobre mí. Su mano busca la mía con la que tengo sujetada la toalla, ¡me la va a quitar! Pero no lo voy a dejar, no puedo hacerlo, sinceramente esto no está bien.

Oscura obsesión |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora