Capítulo 17 "¿Qué haces aquí?"

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Intento correr hacia la puerta para salir  de la habitación, pero siento como me sujetan con fuerza por la cintura, echándome a un lado

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Intento correr hacia la puerta para salir  de la habitación, pero siento como me sujetan con fuerza por la cintura, echándome a un lado.

Grito desesperada para que me suelte o que alguien me escuche, pero siento que intensifica más su agarre haciendo que gima del dolor.

—Ya no te resistas más, porque te llevaré en contra de tu voluntad —susurra en mi oído.

Dejo de luchar. Yo no puedo hacer nada. Se nota a leguas que es un vampiro, pues tiene una fuerza descomunal. Su piel es tan fría como la de Alex.

Hago una mueca de asco cuando huele mi cabello.

En ese momento la puerta se abre dejando ver a Alex, nunca me había alegrado tanto de verlo; tiene su mandíbula tan apretada hasta el punto que parece que se le fuera a romper, tiene sus manos vueltas puños y noto como los músculos de sus brazos se contraen por la fuerza que ejerce, sus ojos irradian enojo, su mirada es oscura y malvada.

—Jace, ¿qué haces aquí? —pregunta con los dientes apretados.

Alex lo conoce.

—Alex, la pregunta sería: ¿tú qué haces con una Watson? Sabes que es una cazadora. —Hace una pausa y pasa su asquerosa lengua por mi mejilla.

Creo que vomitaré.

Las lágrimas no tardan en aparecer, en qué momento terminé en todo esto.

—A ti que te importa —gruñe abalanzándose encima del vampiro.

El tal Jace me arroja a un lado de la habitación, siento un golpe en mi sien, con dificultad me levanto y logro ver que se están dando de puñetazos.

Alex lo golpea con fuerza haciendo que caiga al piso. Jace de inmediato se incorpora y lo estampa contra la pared, no puedo ver más, corro hacia el baño, me echo mucha agua en el rostro y lavo donde ese vampiro pasó su lengua.

Me siento sucia, que asco. Yo...no quería que me tocara. Me deslizo por la puerta dejándome caer en el frío piso, lloro y lloro sin consuelo.

No quiero que a Alex le pase nada, ahora me quieren matar.

Niego varias veces mientras cubro mis orejas, no quiero escuchar ese ruido. Golpes y más golpes. Un último estrépito me hace dar un brinco y de pronto todo se hunde en el silencio absoluto.

¿Mató a Alex?

No, no puedo soportarlo.

—Alexia, abre la puerta —oigo esa hermosa voz, me levanto con rapidez del piso y abro la puerta encontrándome con Alex, esos ojos color avellana me miran con preocupación; tiene golpes en el rostro y la sangre baja por su sien. No lo pienso dos veces y me lanzo a sus brazos.

—¿Se fue? —pregunto esperanzada de que sea un sí.

—No, lo mandé con los guardias al sótano de la mansión. Estás a salvo, preciosa —murmura estrechándome en sus brazos.

Oscura obsesión |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora