Siento como la sangre sale de mi hombro, llevo mi mano hasta el y siento un horrible dolor. Dakota me mira con una sonrisa triunfante, ella me sigue apuntando con el arma, entonces me dispara en una de mis piernas haciendo que caiga al piso.
Un grito desgarrador sale de mi garganta al sentir el disparo, lloro del dolor y del miedo porque estoy a punto de morir.—Vamos, Alexia. Ruega por tu vida, pídeme que no te mate. —Sonríe moviendo el arma en su mano.
Eso jamás.
—Si vas a matarme, hazlo de una vez —espeto con desdén.
La rubia deja de reírse, y se acerca a mí para después ponerse en cuclillas.
—Das pena. —Coloca el arma en mi sien.
Con el corazón latiendo a mil, cierro los ojos para esperar el otro disparo. Sé que Dakota está loca. Sollozo al saber que pronto moriré, no volveré a ver más a Alex.
—Si quieres morir, aprieta el gatillo. —Sentencia una voz, abro los ojos y veo a Alex, sonrío. Está con Thomas, y otros vampiros. —Aléjate de Alexia.
Dakota ríe a carcajadas.—Ella tiene que morir. No entiendes que desde que ella llegó, todo cambió.
—Sí la matas, te mataré de la forma más dolorosa, y sabes que no estoy jugando. —Replica Alex molesto. —Y a ti, Víctor, no sabes lo que te espera. —Sentencia mirando al vampiro.
Aprovecho el descuido de Dakota, y con un rápido movimiento, la tomo por el cuello y tiro de ella haciendo que impacte en el piso con brusquedad. Ella dispara pero no le da a nadie, de repente..., unas manos sujetan a Dakota y le quitan el arma.
Veo que Thomas agarra a Víctor y lo estrella contra la pared, el vampiro lo golpea haciendo que caiga lejos de él, Thomas se incorpora y con rapidez llega hasta Víctor, para después arrancarle la cabeza. Cierro los ojos. Esto es demasiado para mí.
—Señorita Alexia. —Escucho la voz de Melissa, abro los ojos y la veo enfrente de mí, ella me ayuda a poner de pie, camino con dificultad hasta un sofá. —Señor Owens, la señorita está perdiendo mucha sangre. —Dice y veo como sus ojos se tornan color carmesí. Miedo es lo que siento en este instante al verla así.
—Vete, Melissa. Yo me encargo —dice Thomas, Melissa asiente y se va. —Ya pasó, mi niña. —Acaricia mi cabello.
Rompe su camisa y la coloca en mi pierna haciendo presión, grito del dolor.
Miro a Alex y éste sostiene a Dakota por el cuello, mientras ella intenta soltarse.
—No me mates, Alex, por favor. —Solloza. —Todo lo que hice es porque te amo. —Llora y abraza a Alex.
—¿Amarme? Lo dudo mucho, recuerda que te fuiste con Jack para poder matarme. —Aprieta con fuerza el brazo de Dakota. Ella grita del dolor.
—Perdóname, Alex. No me hagas daño. —Implora la rubia entre llantos.
—Fuiste importante para mí, Dakota. Pero no te dejaré pasar esta, intentaste matar a Alexia. —Besa su mejilla y la muerde en el cuello.
La rubia grita y patalea, con sus manos intenta alejar a Alex, pero obviamente no lo logra y después se da por vencida dejando caer sus brazos a los costados. Noto que deja de moverse y de repente el vampiro la suelta haciendo que caiga al piso, Dakota está muerta.
Alex camina hacia mí.—Ya todo estará bien, pequeña. —Limpia con delicadeza mis mejillas húmedas a causa de las lágrimas.
Comienzo a ver todo borroso y por último pierdo el conocimiento....
Abro los ojos lentamente y me percato de que estoy en una habitación blanca. Una intravenosa yace en mi antebrazo, intento sentarme pero un horrible dolor se instala en mi pierna.
Todo los sucesos que pasaron llegan a mi mente, quito la sabana que cubre mi cuerpo y veo la herida vendada, observo mi hombro y en éste también se encuentra un vendaje. La puerta se abre dejando ver a Alex, el cual camina hacia mí.
—Hola, preciosa. —Me da un beso en la mejilla.
—¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo estuve dormida? —Pregunto, me siento con su ayuda y hago una mueca de dolor.
—En el hospital. —Toma mi mano. —Estabas muy mal. —Me abraza con delicadeza. —Tuve miedo de que murieras y me dejaras. —Solloza en mi hombro.
—Gracias por llegar a tiempo. —Beso su cuello. —Te amo, Alex. —Acaricio su cabello.
—Te amo, pequeña. —Me da un casto beso en los labios.
...
Ya ha pasado una semana y me encuentro en la mansión, dado que me dieron de alta. Ya Dakota no está, no es que me alegre su muerte; porque no es así. Pero ya no es una amenaza y por ese lado estoy tranquila.
Me encuentro en la habitación, sentada en la orilla de la cama mientras que Alex me ayuda a vestir, debido a que sola no puedo, siento como el rubor se expande en mis mejilla. Él al percatarse sonríe arrogante y alza una ceja.
—Alexia, puedo hacer que tus heridas sanen con rapidez. —Toma mi barbilla para que lo mire a los ojos.
—¿Cómo? —Pregunto con alegría.
—Introduciendo nuevamente mi ponzoña en tu cuerpo, sé que ya no la tienes. Porque con el tiempo ella desaparece de tu cuerpo. —Murmura y besa la punta de mi nariz.—Entonces hazlo —hago una pausa. —Y rápido porque quiero vestirme yo sola. —Él ríe y me besa.
Alex toma mi cabello y lo hace a un lado dejando mi cuello expuesto para él, ladeo la cabeza al sentir sus besos, después pasa su lengua sobre mi cuello y por último me muerde.
Me aferro a él, me encanta esta sensación, ya no está succionando, ahora algo entra en mi sistema. Abrazo a Alex y al cabo de un rato, él lame la herida, al igual que la sangre que corrió por mi clavícula.—Listo, nuevamente eres mi esclava. —Sonríe con diversión.
—Créeme que la idea me encanta. —Digo guiñando un ojo.
Tras varias horas hablando, quito la venda que cubre mi pierna y me percato de que la herida no está. Alex quita la de mi hombro y tampoco hay nada. Me pongo de pie para después saltar cuan niña pequeña.
Estoy feliz. Al fin podré vestirme yo sola. Me acerco a Alex y me aferro a su cuello, él me sujeta por los muslos haciendo que enrede mis piernas alrededor de su cadera.
—Gracias por curarme. —Susurro sobre sus labios.
Alex muerde mi labio inferior y lo jala, me besa despacio y después con rapidez, su lengua pide permiso para entrar en mi boca y con gusto se lo concedo, haciendo que explore toda mi cavidad bucal.
Alex me hace perder la cordura, sólo basta con un beso suyo y caigo rendida a sus pies; ¿qué tiene este vampiro que puede manipularme? Yo me dejo porque me gusta que lo haga..., sus besos son mi droga, amo sus dulces labios, amo a Alex y esa extraña e indescriptible sensación que sólo él me hace sentir.
Al cabo de un rato deshago el beso y recargo mi cabeza en su hombro.
—¿Qué has sabido de Derek? —Pregunto, él se sienta en un sillón y comienza a hacer pequeños círculos en mi cintura.
Suspira.
—Estamos preparados para pelear contra los cazadores. —Hace una pausa. —Él está cerca.
—Ayudaré. —Niega con la cabeza. —Alex, tú me enseñaste a pelear. —Me encojo de hombros.
Bufa.
—Está bien, pero cuando te diga vete, me haces caso. —Asiento esbozando una sonrisa.
—No sé que sería de mí, si te llegará a pasar algo. —Besa mis labios.
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Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampiros-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...